Más de medio millar de docentes marcharon hoy a la mañana por el centro de Luján, repudiando el asesinato del profesor neuquino Carlos Fuentealba. Tras una intensa auto convocatoria durante el fin de semana, los maestros se concentraron frente a la Casa Municipal, sitio en el que algunos expresaron su sentimiento frente al homicidio. Luego marcharon hasta la Basílica Nacional en una compacta columna que ocupó más de una cuadra de la calle San Martín.

A la convocatoria se sumaron autoridades educativas del distrito, como el jefe de inspectores Luis Giorgi, y concejales que también son docentes como el vecinalista Oscar Luciani o la radical Liliana Molina.

También representantes gremiales, como Marta Bruno de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), dirigentes políticos como el socialista Julio García, y representantes de organizaciones sociales como la Comisión de Derechos Humanos de Luján o el Grupo de Jubilados Independientes. Familiares del joven Marcos Contreras, muerto por un policía en febrero, también se sumaron a la columna.

En tanto el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTEBA) anunció su adhesión a la manifestación, pero sus dirigentes locales viajaron a la ciudad de Buenos Aires, para la marcha que se realizaba hasta la Casa del Neuquén.

“Se permite asesinar”
En las escalinatas del Municipio, una docente abrió la reunión expresando que “las tizas están manchadas con sangre”. “Por más que digan que no, sí, lo están con la sangre del profesor Carlos Fuentealba”, enfatizó.

“Es hora de tiza en mano, hay que decir que fue asesinado por la represión policial ordenada por el gobierno, esta es la clase que hoy da Carlos después de que lo fusilaron, es la clase que debemos escribir con las tizas que ellos mancharon con su sangre”, expresó.

“No sólo durante la dictadura militar hubo muertos y desaparecidos, en pleno 2007 se ordena reprimir y se permite asesinar a los que protestan, no alcanza con decir ‘nunca más’, hay que decir la verdad ante la hipocresía, hay que hacer que nunca más puedan hacerlo”, afirmó la maestra y ratificó que “con la tiza ensangrentada en la mano escribimos en todos los pizarrones que lo asesinaron, no vamos a permitir que queden impunes ni que vuelvan a hacerlo”.

“Él y yo”
Luego, otra maestra, leyó con gran emoción una breve obra del poeta lujanense detenido desaparecido Dardo Dorronzoro, titulada “Él y yo”.: “Nos encontramos todas las mañanas, él va en su bicicleta y yo en mis zapatillas, los dos a ganarnos el pan; no se si él se llama Juan o Felipe y él no sabe si me llamo Luis o Pancho; haga frío o calor, llueva o caigan piedras, siempre nos encontramos, ‘chau’, ‘chau’. Algún día no nos encontraremos, ni al día siguiente, ni al otro; de ese modo yo sabré que él ha muerto o él sabrá que yo he muerto. Qué triste estará el mundo entonces para el que quede vivo”.

“Basta de gatillo fácil”
Enseguida, otra maestra dio cuenta de la adhesión de la Comisión de Derechos Humanos “a las expresiones de repudio por la muerte por asesinato del joven docente”. “Como hace pocos días en Luján, una vez más el gatillo fácil mata a un ciudadano argentino, algo inaceptable en una democracia que se precie de representar los derechos del hombre”, expresó en un comunicado que instó: “Basta de gatillo fácil asesino, funcional al poder político que da la espalda a los pedidos del pueblo”.

“No nos olvidemos”
Otra maestra explicó que “en un día de luto como el de hoy, vienen a mí frases y palabras, algunas emanadas del pensamiento del educador Paulo Freire, defensor a ultranza de la eticidad”.

“Como docente lujanense necesito que sepan que repudio a quienes golpean al débil, los que falsean la verdad, a quienes pretenden sepultar los sueños y las utopías, rechazo la discriminación y exclusión; necesito reivindicar al educador, al que enseña con alegría, buen juicio, tolerancia y humildad, pero sobre todas las cosas al que lucha en defensa de los derechos humanos”, indicó.

“Porque sé que el cambio es posible sigo apostando al riesgo, a superar posturas inmovilizadoras, no nos olvidemos de nuestro compañero, a quien mataron por un reclamo justo, no nos olvidemos porque el olvido y la indiferencia es lo peor que les podemos enseñar a nuestros alumnos”, concluyó.

Finalmente, los cientos de docentes gritaron “¡presente!” ante la mención del nombre de su compañero asesinado.