Este viernes en el marco del plan alfabetizador Encuentro hubo una reunión de capacitadoras en las dependencias de la coordinación, ubicadas en la avenida 29 Nº 821. Hasta esa dependencia se llegaron, por un lado el intendente Carlos Selva para conversar con las trabajadoras de los barrios, y por otro el capacitador Miguel Angel Muñoz, quien desde el Ministerio de Educación se llegó para hacer una recorrida por los centros barriales.

En Mercedes se arman grupos de 4 personas ó menos en los barrios, donde se comparten incluso los problemas: “A veces la gente necesita incluso quien los aconseje. Tampoco saben hacer trámites y por ahí no se les hace fácil estar mejor, porque no se enteran, no saben o tienen vergüenza”, dijo la coordinadora Ana María Valerga sobre las alternativas de la implementación del plan por el que quienes no saben leer ni escribir están recibiendo capacitación en 15 barrios, con materiales proveídos por el Ministerio de Educación de la Nación, incluyendo todos los elementos necesarios para el maestro y el alumno. Además se gira un pequeño viático a los alfabetizadores de 50 pesos por mes durante 5 meses, a modo de reconocimiento por su trabajo voluntario.

Este viernes estuvo acompañando a las capacitadoras el intendente, conversando mano a mano con ellas y compartiendo las problemáticas, y Miguel Angel Muñoz, un capacitador del Ministerio que estuvo interesado en ver cómo estaban trabajando en Mercedes y por eso se llegó hasta algunos de los centros en una recorrida, a la vez que mantuvo un encuentro con algunas de las alfabetizadoras que fueron llegando lentamente con sus materiales y experiencia a cuestas.

“Esto empezó en diciembre con 1 ó 2 centros, y así se fueron sumando. Esto es muy positivo, aquí hay gente que se está recuperando. En 5 ó 6 meses aprenden a leer y escribir y les cambia la vida. Pueden seguir con algún curso y se incorporan con capacitación en otra cosa”, dijo al respecto la coordinadora Valerga.

Por su parte, también se expresaron las trabajadoras de los barrios: “Estamos trabajando y para mí especialmente es muy lindo porque estoy con gente que se presta para aprender con mucho cariño: prefieren hacer su nombre, firmar. Esas cosas son estimulantes, y aquí no sólo se trabaja como capacitadotes sino que a algunas personas las charlamos, las tranquilizamos”, dio Paulina, del barrio Lopardo.

Marta Haugthon, de La Colina, a sus 66 años está muy contenta de capacitar a varias personas en su barrio. “Hay muchas necesidades, muchos quieren aprender. Yo tengo 4 alumnos muy buenos, y nunca me imaginé estar haciendo esto a esta altura de mi vida, pero para mí es una alegría que me gratifica”, dijo esta capacitadora de 114 y 61 bis.

Por último, Romina Gira se desempeña en la escuela rural 19: “Tengo dos alumnos de 42 y 47 años, que están muy contentos y motivados, evolucionan bien y se lo toman muy seriamente”, comentó.