Dos días antes de las elecciones se realizará en el Cine Mercedes el preestreno de “4 de julio, la masacre de San Patricio”, una película documental que se basa en el asesinato de los curas palotinos en la parroquia de Belgrano durante la dictadura y que indaga en los móviles que llevaron a la masacre. Se verá por una semana consecutiva en la función de las 20 y luego se estrenará, en marzo de 2008, en la Ciudad de Buenos Aires.

El sábado estuvieron en la ciudad para probar un tramo de la película en el cine local los realizadores de “4 de julio”, Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta. Los cineastas fueron acompañados por el mercedino Hugo Bonafina, quien es uno de los testigos en la película sobre el accionar de estos curas que tuvieron actividad en Mercedes y con cuyos nombres han sido bautizadas recientemente las calles que circundan la iglesia San Patricio de esta ciudad.

En la conferencia con algunos periodistas locales, Zubizarreta y Young ahondaron en detalles sobre la película, describiendo los recursos que utilizaron en varios años de trabajo para tener el producto terminado. Contaron que tuvieron acceso a diarios íntimos y hasta filmaciones originales que consiguieron en Irlanda sobre el velorio de los restos de los curas acribillados, que están sepultados en el panteón palotino del cementerio de esta ciudad.

El asesinato de los sacerdotes Alfredo Leaden, Alfredo Kelly y Pedro Duffau, y los estudiantes Salvador Barbeito y Emilio Barletti sucedió en la parroquia del barrio de Belgrano, ubicada en Estomba 1942. Los religiosos palotinos fueron brutalmente asesinados el 4 de julio de 1976 por un grupo de tareas de la dictadura militar, que ingresó a la casa parroquial que habitaban los palotinos y, tras identificarlos, los fusiló. En las puertas de dos de las habitaciones de los religiosos, los asesinos dejaron inscripciones en las que acusaban a los palotinos de “envenenar la mente de nuestra juventud”. Los palotinos no fueron miembros formales del Movimiento de Curas Tecermundistas, aunque su prédica coincidía con los sectores eclesiásticos que, hacia fines de los 70, ejercieron un fuerte compromiso con los pobres en el marco de un perfil altamente imbricado con el poder de la Iglesia católica. Si algo caracterizó a este grupo de curas palotinos durante la última dictadura fue la valentía y el compromiso que asumieron al denunciar en sus homilías las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que eran cometidas a partir del ejercicio del terrorismo de Estado. La investigación judicial por la masacre de San Patricio iniciada en 1976, suspendida en 1977 y reabierta en 1984, no descubrió quiénes fueron los autores e instigadores del quíntuple homicidio.

En la ciudad de Mercedes, las calles que rodean la Iglesia San Patricio de la que formaran parte, llevan cada una el nombre de uno de los tres sacedotes, Leaden, Duffau y Kelly, quienes tenían fuertes vinculaciones con esta ciudad y de hecho son contados entre los mercedinos desaparecidos y asesinados por la dictadura que se llevó adelante entre 1976 y 1983.

Escenas y testimonios
Kevin O´Neill (ya fallecido), Roberto Killmeate y Eduardo Kimell son los testimonios protagonistas centrales de la película, en la que hay escenas en las que se ve la iglesia San Patricio local en súper 8 y material fotográfico sobre el día del entierro de los tres sacerdotes en Mercedes.

El estreno nacional será el 26 de octubre en el Cine Mercedes y se la podrá ver en todas las funciones de las 20 horas. El día del estreno habrá, además, una pequeña charla debate al concluir la proyección.

“Trabajamos con mucha gente que estuvo cercana a las personas que asesinaron y que formaron parte, como Hugo o Jorge Kelly, del seminario palotino que hicieron en 1960 en San Antonio de Areco y que formaron parte en este proyecto palotino que había en ese momento y que después de 1976 quedó trunco”, destacaron. “En 5 años trabajamos con 50 entrevistas y nos concentramos en el montaje final en las personas que vivieron todas las distintas facetas de la historia”, narraron e indicaron que sabían de la historia porque la parroquia era un lugar de encuentro familiar: “La historia estuvo presente siempre dentro de nuestra infancia y juventud. Nos encontramos en la escuela de cine y decidimos hacer la película”, indicaron y opinaron que sobre este tema había “silencio y olvido”, cosa que pretenden cambiar: “Fue la masacre más sangrienta que sufrió la iglesia latinoamericana y hay gente que en el mismo barrio no sabía lo que había sucedido. Tal fue el miedo que todo el mundo se calló la boca y hoy en día, además, no hay ningún responsable”, completaron.

Los curas palotinos están sepultados en el cementerio de Mercedes