La Justicia decidió finalmente revocar la prisión domiciliaria al dictador Jorge Rafael Videla, quien con sus 83 años de vida es el habitante más siniestro que parieron estas tierras mercedinas. Videla estaba en su departamento de Avenida Cabildo, en el barrio de Belgrano, gozando de la prisión en su domicilio, pero ya fue trasladado a la cárcel de la sede militar de Campo de Mayo, donde hay otros militares acusados de delitos de lesa humanidad.

El juez federal Norberto Oyarbide consideró que allí se cuenta con “el equipamiento, la infraestructura y el personal necesarios” para alguna emergencia médica que pudiera sufrir el imputado, quien estaba desde hace 10 años en su departamento por ser mayor de 70 años.

Videla, además, está procesado como presunto responsable del plan sistemático de robo de bebés de víctimas de la dictadura militar que asoló al país entre 1976 y 1983. Ya había estado preso en la cárcel de Caseros en 1998, cuando el entonces juez Roberto Marquevich ordenó su detención por causas relacionadas al destino de niños de desaparecidos. También está procesado por los crímenes del “Plan Cóndor” y del Primer Cuerpo de Ejército, así como el secuestro de dos empresarios, padre e hijo, en 1976, hecho por el cual había sido indultado por el gobierno de Carlos Menem.

La placa, descubierta por Videla en 1980, sigue en su lugar. Una verguenza mercedina