La clausura reciente de la empresa Curtarsa (curtiduría instalada en el corazón de Jáuregui, junto al club “El Timón” y el río Luján) fue cuestionada por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS).

Tal cual informó el bisemanario El Civismo de la vecina ciudad de Luján, tras la reciente medida dispuesta por la Municipalidad al mando de la intendente Graciela Rosso, la clausura tendría los días contados.

Esta semana se determinaría el levantamiento de la medida, aunque no hay información oficial al respecto. Lo que se dice es que desde el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible no acompañan la determinación tomada por el municipio, y además se habla de inquietud en el Sindicato del Cuero.

El procedimiento se había realizado como consecuencia de constataciones municipales de diferentes irregularidades en los procesos productivos como así también en el tratamiento y disposición de los residuos, tal cual se comunicó en su momento, así como también por los registros de denuncias de los vecinos de Jáuregui ingresadas por el servicio de reclamos comunal 0800-2229230 y atención telefónica en la Dirección de Medio Ambiente.

Desde un primer momento en que se dio la clausura, las versiones giraron en torno a la fue medida política tomada por la intendente de la vecina localidad. La intromisión de las curtiembres y otras industrias contaminantes en la cuenca del río Luján es permanente.

El caso de la vecina localidad tiene similitudes en Mercedes y en diferentes comunas, las que argumentan que no tienen el poder para determinar clausuras a este tipo de empresas, cuestión que Rosso superó. Y se animó a ir más allá, lo que le valió recibir elogios de integrantes de la Asociación Eco Vida en el Oeste Bonaerense, entre otros.

Aunque esta industria que se dedica a la confección de artículos para exportación y que tiene sede matriz en Italia, y emplea a varios centenares de trabajadores de toda la zona, podría continuar normalmente con sus actividades ya que el OPDS le daría la venia.

Fuertes discusiones
En el ámbito de la problemática ambiental  que evidentemente genera Curtarsa hubo muchas discusiones y en su momento hasta se habló de la necesidad de su relocalización, cosa que hoy ya no se discute. Además hay una causa penal y un elocuente documental sobre el problema.

Allá por mediados del año 2007 en el Concejo Deliberante de Luján el propio oficialismo planteaba la creación de una comisión para el estudio de la relocalización de una de las plantas productoras considerada por los vecinos de la zona como causante de graves problemas en la salud y en el medio ambiente: la curtiembre Curtarsa, que funciona en Jáuregui calle de por medio con la población y se pretendía ubicar en otro sector.

Por otra parte, se tramita en la justicia de Mercedes una importante causa por contaminación ambiental en la que un grupo de vecinos a través de una organización no gubernamental reclama a la industria Curtarsa recomponer el suelo y el del lecho del río Luján, así como el acuífero subterráneo. El doctor Sebastián San Pedro y su par Hugo Linares son los patrocinantes de la ONG ambientalista “Justicia Ambiental”, que ha iniciado ante el Juzgado Federal de Mercedes una demanda contra Curtarsa SAIC, a la que pretende se la condene a cesar la contaminación y daño a la salud que su actividad produce y la recomposición del daño ambiental ya producido. Idéntica demanda se le entabla a la mercedina Magromer Cueros y Pieles por parte del mismo estudio. Ambas empresas son curtiembres, y en cercanías de las dos los índices de cáncer y otras enfermedades son alarmantes.

En lo que hace a cuestiones documentales, “Escupiendo al cielo” registra la contaminación que produce la curtiembre Curtarsa, y que afecta al Río Luján, así como sus efectos en la salud de los pobladores de la vecina localidad de Jáuregui, Pueblo Nuevo y Cortínez, partido de Luján. El filme realiza una exhaustiva recopilación de datos acerca de la problemática ambiental de Jáuregui, con realización de Daniel Larson junto a Eduardo Piaggio, quienes decidieron plasmar este documental que cuenta la historia de un pueblo, relatada por sus propios vecinos alertados por la contaminación y que comenzó a rodarse en marzo de 2006, íntegramente en Jáuregui.