Cuando surgió el anuncio por parte del Gobierno y nuestro intendente Selva de que se iba a realizar una autopista entre Mercedes y Carlos Casares yo sólo atiné a decir “es mentira”. En tal caso una promesa electoral de las tantas que nos tiene acostumbrado este gobierno. Hoy el tiempo y la lógica me dan la razón.

Ya desde el Comité de Defensa del Usuario Vial veníamos denunciando que el peaje tiene un sólo fin que es el recaudatorio, que conjuntamente con los impuestos que nos cobran a los combustibles se financia y se subsidia cualquier cosa menos los caminos argentinos.

A los hechos me remito: ¿Qué hicieron en la ruta 5 aparte de cobrar peaje?

Sólo unos pocos kilómetros de ruta más o menos transitable entre Jáuregui y Mercedes.
Desde el año 1995 cuando el gobierno nos reconoció que comenzaron las obras y luego de cinco años que se cobraba peaje, o sea en estos veinte años sólo hemos avanzado en una autovía de 32 kilómetros. Para hacerlo más descriptivo: 1.600 metros por año.

Ya está demostrado que no pueden terminar la autopista entre Luján y Mercedes y que la “palabra cumplida” formulada por el gobierno nacional y el intendente Selva tiene
un valor relativo. Hoy el embotellamiento que ocurre en el cruce del a ruta 47 hasta el acceso oeste me eximen de mayores comentarios.

Hoy el intendente de Suipacha reconoce que se cayó la obra que nunca existió, que fue por decreto 966/06 y que la adjudicó en septiembre del 2006 el presidente Néstor Kichner. A favor de la empresa Homaq. ¡Menos mal que era de interés nacional!

De cualquier manera y considerando que se trataba de una obra de 212 kilómetros y de acuerdo a lo realizado hasta ahora, simples números nos dan el cálculo que la misma se iba a terminar luego de 132 años y medio.

La concesión era por solo apenas treinta años, un detalle.

Quisiera recordarle al intendente de Suipacha, con todo respeto, qué hizo él por la autopista, ya que Juan Antonio Delfino junto a Carlos Américo Selva, Miguel Ángel Prince y Ariel Franetovich figuran en los pliegos como garantes y miembros de la comisión de seguimiento de las obras. Quiero avisarle que pasaron desde septiembre del 2006, apenas sólo 47 meses…

Yo le pediría, eso sí, que no le endilgue a nuestro intendente que tiene “una pesada mochila” porque juntos podrían ir al OCCOVI y terminar de una vez por todas con esta pesadilla. Es más: si quieren les presto el auto y vamos viendo en el camino todas las cosas que se incumplieron y cómo ya se está destruyendo parte de lo hecho, porque el mantenimiento también deja mucho que desear. Y de paso sólo nos van a cobrar 25 centavos en el peaje, logro de la Comisión de Vecinos  de Mercedes tras una larga lucha de años.

Hoy todos lamentamos que aquello que se dijo con bombos y platillos, como una promesa ya no exista. Pero digamos la verdad: la autopista nunca existió.

Marcelo Suárez es integrante de la Comisión de Vecinos de Mercedes