En las últimas semanas, usted ha planteado ejercer el voto como defensa de la libertad. ¿Por qué?

No me gusta lo que avizoro hacia el futuro si se mantiene el actual estado de cosas. Tanto en lo vinculado al desenvolvimiento del futuro gobierno, como al de las relaciones humanas, al respeto, a la convivencia, a la limpieza de los mecanismos institucionales. Me preocupa el estado actual de la cultura política en la ciudad: los valores en juego, los intereses en pugna, el orden de prioridades y los efectos que esa cultura produce sobre la sociedad. Llevamos 28 años gobernados por la misma concepción de la política. Con variantes de personas, el sedimento en la forma y en los contenidos del accionar de los gobiernos locales ha sido el mismo, y eso nos ha llevado al estancamiento, y ese estancamiento no es sólo material: hay un avance sobre la libertad de las personas, con un manoseo cotidiano de los derechos de la gente para que juegue a favor del caudillo de turno.

Son 28 años gobernados por el mismo partido político

Una vez más la elección aparece polarizada en torno a dos candidatos del PJ… El justicialismo ha venido haciendo su juego, y le ha salido bien electoralmente; lo que le cuestiono es que desde el poder se haya conformado con ese pequeño logro electoral y no haya asumido la tarea de demostrar con evidencias que el verdadero sentido de la política no es otro que el de elevar material y moralmente al pueblo. La política enredada en disputas menores provoca consecuencias que termina pagando la sociedad. A su vez, la sociedad ha sido poco exigente y se ha dejado envolver por esos mecanismos, se ha conformado con un estado de cosas que… la sociedad debería generar, forjar nuevas, mayores demandas. Entonces, cercenadas las grandes posibilidades que ofrece, la democracia se ha visto mutilada. Necesitamos un verdadero cambio de la cultura política, de la forma de hacer política, de la ética que impone la práctica política como medio para lograr el bien común.

¿Qué balance hace de la administración municipal de Carlos Selva?

Selva ha cumplido un ciclo. Lo más cuestionable: su irrespeto hacia la democracia y el no haber hecho en un período floreciente, de ocho años, para la economía del país del que Mercedes forma parte. No es buena una continuidad, ya mostró que no da para más.

¿Y cómo ve a Juani Ustarroz?

No debo ocultar que lo de Ustarroz me suena a aventura (y tenemos larga e infausta experiencia de las aventuras políticas en la Argentina), aventura cuyos límites de razonabilidad mueven a incertidumbre y a suspicacia. De lo poco visto me surgen preocupaciones. Una, la desmesura con que ha encarado la campaña. La abrumadora propaganda desplegada y la enorme estructura financiera con la cual se mueve, implica necesariamente un inconcebible manejo de plata que pone bajo sospecha la utilización de fondos de los jubilados u otros de origen estatal. Si esto es así y llegara a la intendencia, ¿con qué criterio, con qué cuidado manejaría los fondos municipales? Otra, que no define un plan de gobierno municipal… mucho menos con presupuesto propio. Nos habla como si la Casa Rosada fuera a trasladarse a Mercedes. Hay muchos propensos a dejarse cautivar por ilusiones y hay quienes gustan de oficiar de ilusionistas. Además, sus conductas desnudan claramente su liviandad en cuanto a la comprensión y al respeto hacia lo institucional.

¿Este peronismo dividido hoy se volverá a unir después del 23?

Me parece que hay una certeza que deriva de la experiencia. Entre ellos -que no son sino dos vertientes de una misma identidad política- lo que confrontan son aspiraciones personales; y esos enfrentamientos terminan disolviéndose en el tiempo por imperio de las necesidades políticas. Amigos o no, terminarán juntos. Ya pasó con la anterior polarización Selva – Zubeldía. Y sigue girando la rueda.

Su campaña en las últimas semanas se basó en 10 Ideas para Mercedes. ¿No es una plataforma limitada?

Dentro de nuestras posibilidades hemos tratado de que llegaran a todos los vecinos ideas básicas de un futuro gobierno; e implican la decisión de desarrollar los intereses de la población en su conjunto, con estructuras y recursos suficientes para un manejo autónomo. La dinámica de la acción de gobierno amplía horizontes. El tema es estar atentos y dispuestos. No prometemos, proponemos -y siempre menos de lo que pensamos hacer.

¿Cuál es su pálpito para las elecciones?

Soy optimista acerca de los resultados que pueden darse el 23. El ejercicio, la experiencia de las primarias de agosto debe servir para madurar criterios. Y tengo confianza en la ciudadanía. Si miramos atentamente, advertiremos que hay dos corrientes de pensamiento preponderantes: una afín al justicialismo y otra afín a la Unión Cívica Radical. Si logramos capitalizar el apoyo mayoritario de quienes comparten los valores históricos del radicalismo, su forma de ver las cosas y de practicar la política, estaremos peleando la mayoría. Y esto es posible, si quien vota el domingo 23 comprende la necesidad de un cambio en la cultura política imperante y, asumiéndose como ciudadano, vota ejerciendo en plenitud su libertad.