Este sábado 14 de abril, en la Basílica Nacional del Luján y en el marco de la “Acampada Juvenil”, los seminaristas Lucas Jerez y Agustín Fernández fueron ordenados diáconos por la imposición de manos del arzobispo Agustín Radrizzani.

Ante un templo desbordado de gente la ceremonia comenzó con el ingreso en procesión de los participantes encabezados por el arzobispo de Mercedes - Luján. “Somos un pueblo que camina” fue la canción elegida para la apertura, interpretada por un coro de músicos amigos y compañeros de los jóvenes Lucas y Agustín.

Entre los sacerdotes de la Arquidiócesis que se sumaron a la ceremonia estuvieron, entre otros, Norberto Chirigliano, Marcelo Abrey, Mario Peralta, Fabián Mascarell Jofré, Jorge Rodríguez, Federico Lagoa, Federico Lazarte, y Sebastián Terráneo.

Los familiares los dos jóvenes futuros diáconos fueron ubicados en la primera fila, a un lado y otro de la Basílica, detrás de los propios Lucas y Agustín, quienes serían ordenados tal cual la ceremonia, en principio con su fe de dignidad.

“Estamos a los pies de María en el marco de nuestra peregrinación como Arquidiócesis y también con todos los jóvenes de esta Acampada”, destacó el arzobispo Radrizzani. “Agustín y Lucas escucharon el llamado de Jesús y lo hicieron con generosidad”, agregó y recordó los comienzos de la comunidad cristiana y el nacimiento de los diáconos, dedicados al servicio. Entonces pidió a la virgen por Agustín y Lucas: “Que sepamos, ellos y nosotros, imitar tu gesto”, imploró a la virgen. Habló de un “mundo herido por egoísmos, discordia, violencia e injusticia” en el que es necesario “poner los ojos en Jesús que da sentido a nuestra vida”. “El amor vence a la muerte”, dijo.

Los jóvenes Lucas y Agustín manifestaron entonces el propósito de asumir el compromiso que trae el ministerio diaconal delante de la comunidad. Prometieron respeto y obediencia, ya entrando al centro de la ceremonia.

Así se sucedieron las letanías, con los futuros diáconos acostados en el piso frente al altar. Siguió el rito de imposición de manos, la oración de consagración y la efusión del Espíritu Santo por parte del obispo con la oración silenciosa de los presentes.

Atributos
Entonces Agustín y Lucas fueron revestidos con estola y dalmática, atributos que le corresponden como diáconos, y luego saludados efusivamente por sus familiares. Además recibieron el libro de los Evangelios de manos del obispo, y los diáconos presentes le dieron el saludo de la paz.

La Eucaristía siguió en la misa de ordenación, y esta también fue suministrada por los nuevos diáconos, con “Jesucristo danos de este pan” y “Danos siempre de este pan” como canciones elegidas como compañía.

También dentro de la ceremonia, integrantes de la Pastoral Juvenil les dieron sus palabras de apoyo y reconocimiento a los nuevos diáconos. Les manifestaron la “alegría de todos los jóvenes”: “Que en esta etapa sigan siempre con humildad y un gran corazón que los caracteriza. Los queremos mucho”, les dijeron y les entregaron un presente de parte de la Pastoral.

Los nuevos diáconos también se dirigieron a todos. Agustín Fernández agradeció a Dios por el don, y a quienes lo acompañan en toda su vida. “Gracias a todos y a monseñor Agustín por estar aquí, y a Dios por todos los dones que nos regala día a día”, dijo.

En tanto, Lucas expresó: “Agradezco esta compañía. La familia y los amigos fueron nuestro primer seminario. Todos fueron puestos por Dios en el momento exacto”.

Hubo un canto a la virgen para culminar la ceremonia, el “Salve María”, siendo el cierre y retirada con “Santo Señor San José”, para proceder todos juntos a participar de un almuerzo a la canasta en el Descanso del Peregrino

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