Nadie pudo registrar testimonio alguno de lo que María Eugenia Vidal pensaba de la Fiesta del Salame, a la que visitó este sábado al mediodía. Tampoco se pudo entrevistar a la gobernadora ni obtener palabra alguna, ya que desde su entorno se había asegurado que tras la recorrida por el predio que hizo junto al intendente Juan Ignacio Ustarroz y sus pares jefes comunales de Suipacha y de Vicente López habría una conferencia de prensa. Pero luego de recibir elogios y aliento del numeroso público presente, se subió a un auto y se fue, junto a sus custodios y asesores, partiendo raudamente hacia el helipuerto de Gendarmería donde se subiría a una aeronave y se iría de la ciudad.

Vidal llegó una hora más tarde de lo previsto, cerca de las 13.30 de este sábado, cuando la Fiesta estaba a pleno con cuadras de cola para sacar entradas y muchos autos cuyos conductores pugnaban por ingresar al estacionamiento. Ante cientos de personas, luego de ser recibida por los intendentes Juan Ignacio Ustarroz, Jorge Macri y Alejandro Federico en plena avenida 2 frente al predio del Martín Rodríguez, comenzó una lentísima recorrida que fue interrumpida muy a menudo por quienes quisieron sacarse fotos junto a ella. La arengaron, le mostraron señales de apoyo, le cantaron “sí, se puede”, y la saludaron de muchas maneras. Referentes del Frente Cambiemos de Mercedes también se acercaron a saludarla, entre ellos concejales y funcionarios políticos de esa fuerza que trabajan en la ciudad.

Luego se llegó, tras varios minutos de “selfies” y fotos con la gente y sus pares intendentes, en un lento camino hacia la carpa de productores, a la que entró por una punta y recorrió a medias, degustando en algún puesto los típicos salames.

Ya una vez al aire libre y rumbo a lo que sería la esperada conferencia de prensa en la que los medios locales podrían hablar con la gobernadora, dos autos con vidrios oscuros esperaban detenidos en el playón estratégicamente: la gobernadora se subió a uno de ellos y el otro fue ocupado por sus asesores y escoltas. Arrancaron y salieron del predio, sin más.

Palabras públicas, declaraciones, no hubo ninguna. Los medios respetaron su decisión de no hablar durante la recorrida para no interrumpirla, y ella se fue sin hablar con ninguno. Algo pocas veces visto e inimaginado por quienes se acercaron a cubrir la noticia y esperaron pacientemente dialogar con la mandataria provincial que se fue en silencio de Mercedes. Un estilo muy particular, y muy distinto al que tuvo en campaña, cuando aspirando a la gobernación aguardó a los medios con los brazos abiertos y mucha locuacidad.

 

 

 

 

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