12/01/07
Un caso testigo para la provincia de Buenos Aires: el Bingo Luján amplía su horario y va por más
El Concejo Deliberante de la vecina localidad lo autorizó a abrir durante 14 horas y media al día, tras negociaciones y movilización. Pero el sindicato ALEARA rechazó la medida y amenazó con "cortar rutas".

La movilización frente a la comuna fue de los empleados del bingo

Por Adrián Terrizzano

En la ciudad de Luján el Concejo Deliberante aprobó, el miércoles por la noche, la propuesta del Departamento Ejecutivo que habilita a Bingo Luján a abrir sus puertas un promedio de 14 horas y media por día.

Llegó a esta decisión tras una restricción horaria en el último trimestre de 2006, lapso en el que la sala de juego sólo funcionó, de lunes a domingo, entre las 18 y las 4. Desde marzo -cuando se sancionó la ordenanza ahora derogada-, la empresa titular del salón había resistido a la medida amparada en la Justicia.

La sesión se realizó ante una muy numerosa y ruidosa manifestación de los gremios que representan a los empleados de la empresa, quienes se hicieron oír desde la calle. Una vez votada la nueva ordenanza, el sindicato que agrupa a los trabajadores de juegos de azar (ALEARA), rechazó en duros términos lo dispuesto por el Municipio.

Los directivos del gremio indicaron a los trabajadores que se abría un breve período de más negociaciones, fijando un plazo de ocho días para arribar a "una solución". Quieren que el bingo funcione "entre 16 y 18 horas" al día, de acuerdo al requerimiento de los empresarios, que hacen propio. De lo contrario, según advirtieron, volverán a movilizarse: enfatizaron en la posibilidad de "cortar rutas".

Distinta fue la posición del sindicato que agrupa a los gastronómicos (ver aparte), cuyos dirigentes expresaron su acuerdo con lo dispuesto.

Re jugados
El sindicato ALEARA está poniendo toda la carne al asador en este conflicto, acercando a Luján a centenares de personas, con bombos y estruendosos petardos, en cada instancia de discusión. El 28 de diciembre también hubo quema de neumáticos frente a la sede del gobierno, situación bastante poco frecuente en Luján.

Esta actitud fue calificada como "patoteril" por el intendente Miguel Prince, quizás también en referencia a los muy pero muy fornidos y serios miembros de "seguridad" del gremio, que ostentaron sus humanidades una y otra vez, dentro y fuera de la Casa Municipal. El gobierno también puso en duda la representatividad de ALEARA, asegurando -por medio de una gacetilla oficial- que en esta ciudad tiene sólo dos afiliados.

La restricción horaria dispuesta por Prince -y avalada en forma unánime por los concejales- gozó de la simpatía de buena parte de la población, afectada por los pequeños y grandes dramas que causa el juego. También adhirieron comerciantes locales, que ven como se pierde en las tragamonedas el dinero que podría ser destinado a otro consumo. Hasta el diario "La Nación" ponderó esa decisión en un editorial; y varios mandatarios, en otros distritos, comenzaron a estudiar la posibilidad de imitar a su par lujanense. La fuerte apuesta del gremio (y de Bingo Luján) se debe, en buena medida, a que Luján puede ser visto como un "caso testigo" en el resto de la provincia de Buenos Aires.

Poderoso caballero…
De acuerdo a notas publicadas por los diarios Clarín y El Día (ambas del 30 de junio de 2006), la recaudación bruta de los 43 bingos bonaerenses en 2005 fue 1.400 millones de pesos. El 85 por ciento se destina al pago de premios. El 15 por ciento restante se reparte de esta manera: las salas de Bingo obtienen el 66 ciento y el Estado percibe el 34 por ciento. Con el 66 por ciento, los bingos se hacen cargo de los gastos de infraestructura, sueldos, impuestos y destinan 1,3 por ciento a la entidad intermedia patrocinante.

En el caso de Luján, la entidad "patrocinante" es la Cooperadora del Hospital Municipal "Nuestra Señora de Luján", cuya asamblea de socios adhirió en agosto a la re-concesión de los bingos (ver recuadro) impulsada por el gobernador.

Según la memoria y balance de esta institución publicada el último sábado en El Civismo, entre noviembre de 2005 y octubre de 2006 la Cooperadora recibió 351.562,22 pesos de parte de Bingo Luján. Una sencilla regla de tres simple permite establecer que si esa suma corresponde al 1.3 por ciento de las utilidades, estas se elevan en conjunto por encima de los 27 millones de pesos anuales (casi medio Presupuesto Municipal, por ejemplo).

27 millones. Una cifra quizás inasible para las jóvenes trabajadoras que, el miércoles por la noche, se retiraron del Concejo sollozando ante la posibilidad de perder su empleo. Con lo mismo que se queda el bingo en 365 días podrían sostener a su familia durante 1450 años.

"Poderoso caballero, don dinero": intentará por todos los medios que las tentadoras maquinitas recauden día y noche, llueva o truene, caiga quien cayere.

Tapa de la edición de "Novedades" que se publica hoy.

El Concejo cedió, pero le piden más
La sesión del miércoles fue precedida por una serie de negociaciones que, a mediados de la semana pasada, parecían encaminadas a fijar el horario propuesto por el Departamento Ejecutivo (DE): lunes a viernes de 17 a 6; sábados de 13 a 6 y domingos de 10 a 6. El bingo debía desistir de las acciones judiciales contra el Municipio y abstenerse de despedir trabajadores. Además se fijaba un plazo de 90 días para una resolución definitiva.

La idea era firmar el acuerdo el viernes por la mañana, sin embargo esta posibilidad se frustró, en particular, por el desacuerdo de algunos ediles y la ausencia de otros. Existía entre los concejales la convicción de que debía haber pleno consenso a la hora de tomar una decisión de esa envergadura. El viernes al mediodía, con las conversaciones empantanadas, se decidió pedir la convocatoria a una sesión extraordinaria.

Las posiciones
La posición de cada concejal se conocía de antemano, el miércoles. Oficialistas y justicialistas habían adelantado su disposición a votar favorablemente la iniciativa del DE; los vecinalistas, también (con la excepción de Amanda Robles); Ilma Vieiro, antes de salir de vacaciones, había expresado su acuerdo; y por el bloque (si todavía se lo puede llamar así) radical se expresó su presidente, Manuel Silva, desde su lugar de veraneo, en las páginas de El Civismo: ratificó su oposición a la ampliación horaria.

Quizás por esa razón, ni bien iniciada la sesión el presidente del Cuerpo, Héctor Melo, pasó a la votación sin advertir que Robles tenía intención de expresar su solitaria posición. Primero votaron, los ediles, y después hablaron.

En primer lugar, con Robles fundamentó su adhesión al horario vigente en el aumento de la ludopatía; cuestionó el céntrico sitio en que se emplaza el bingo (una tentación para los jugadores); indicó que la empresa había tomado gente tras la sanción de la ordenanza y subrayó que el interés de Argentone no pasaba tanto por la suerte de sus empleados como por la amortización del capital invertido en la ampliación de sus instalaciones.

Luego, el justicialista Humberto Guibaud manifestó su coincidencia con algunas apreciaciones de la edil vecinalista, pero priorizó "las necesidades de los trabajadores, nuevos o viejos". Reclamó "que se hagan bien las cosas a partir de esta ordenanza, que se firme un acuerdo para que no quede ningún trabajador en la calle".

A su turno, por el Frente para la Victoria expuso Rubén Leopardi, quien puntualizó que con la flexibilización se atendía el pedido de los trabajadores, pero que también se salvaguardaban los intereses municipales, ya que la empresa se comprometía a retirar las demandas interpuestas.

Criticó también Leopardi a los concejales (todos menos él, que en ese momento era intendente interino) que habían aprobado en diciembre una Comunicación ratificando el horario dispuesto en marzo. Esto mereció una breve réplica de Guibaud y, con el voto nominal de los ediles, se terminó la sesión.

Algunas decenas de trabajadores, que habían seguido atentamente los hechos en el recinto, mantuvieron el mutismo. Ni un silbido, ni un aplauso.

Rechazo
Mas al finalizar la reunión, un grupo de trabajadores encaró a los oficialistas Ariel Notta e Iris Busto. Les manifestaron su desacuerdo con el texto aprobado, reprochándoles que no se hiciese alusión a los 90 días previstos para seguir negociando. "Votamos la propuesta de máxima", se atajó Notta.

Lo que a primera vista aparecía como una concesión del Concejo a la empresa y sus trabajadores, ya se había convertido en una insuficiente reparación.

Media hora más tarde, ante una Casa Municipal ya en sombras, los empleados del Bingo Luján y los miembros del sindicato ALEARA expresaron a viva voz su disconformidad, con vivas a la empresa e insultos "al Municipio".

Aseguraron que la empresa no aceptaría la medida y comenzaría con los despidos.
Carlos Núñez, vocal de la Comisión Directiva, en diálogo con NOVEDADES, lamentó que "no se respetó el acuerdo firmado" y aseguró que "quedaría gente desamparada por los concejales y el Ejecutivo". "La empresa está facultada para despedir por el procedimiento preventivo de crisis, depende del poder político", indicó y destacó que "es una fuente de trabajo genuina, totalmente en blanco".

 

 

* Esta nota es parte de un muy extenso informe que es el artículo principal del periódico NOVEDADES, que apareció este viernes 12 de enero en Olivera, Luján.