Finalmente se dio inicio este sábado en una fría jornada al carnaval mercedino con el sucederse de las atracciones previstas para la primera noche, a través de la avenida 29, en la que un gran marco de público, como siempre, acompañó la propuesta. También se emitió por televisión por cable y otros lo vieron cómodamente desde su casa. Miles de mercedinos y muchos venidos de otras ciudades compartieron la fiesta pagana. Este año los periodistas locales serán los encargados de elegir a la atracción máxima con la designación del premio “Abelito” entre todos los partícipes.

A las 22 se dio puntual la apertura con la animación de Fernando Luna y Diego Marú, y las autoridades en el palco. Las entradas para el sector de sillas y gradas se pusieron al valor de 3 pesos, siendo para los menores de 6 años gratuitas.

El Rey Momo, en una carroza especial de apertura y el gran personaje local “Abelito” en una pick up, le dieron paso a la primera carroza, “Una Lección de Amor”, del barrio Almafuerte, seguida por la Murga “Multicolores”, de otra populosa barriada como el Blandengues y con mucho trabajo en la confección de sus trajes este año.

La carroza “El Restaurante de Juan y David” representa de alguna manera el fenómeno gastronómico de Mercedes (sobre todo tras el afianzamiento de Tomás Jofré como polo indiscutido de miniturismo), y tiene algunas actuaciones.

Entre las máscaras sueltas, “Comitas” como “Chapita”, y “El Gauchito Gil” son dos de los que se animaron. Se extrañó algún lanzallama que no hubo de momento.

De esta manera, las atracciones siguieron en la primera noche de carnaval con los “Lesionados por el Corcho”, con imágenes del corso de antaño y definidos como “un corso dentro del corso”. Papel picado y serpentina, un vestuario impactante y el tango involucrado en la puesta en escena marcan esta posición, con una centena de integrantes entre bailarines y músicos.

“El Dragón y sus guardianes”, y “La selva de los peluches” son dos carrozas, y también hay carruajes con pretensiones humorísticos como “El regreso de las gatitas traviesas” o “Los gauchos gay”.

En el estilo porteño, con levita y galera, agitando redoblantes, “Ilusión Murguera” es una de las atracciones mayores también con una importantísima cantidad de bailarines y músicos.

La presentación del Grupo especial de Artes Marciales le pone un toque nuevo al corso, novedoso y necesario este año, ante la ausencia de otros como los “Bajitos pero no tanto” (grupo de zanquistas del barrio El Calvillo), o “Unidos por una pasión” (comparsa de los simpatizantes del Club Mercedes que está disuelta e incluía música en vivo).

Para el final de la primera noche quedaría el paso de la carroza “Los Cabezudos” y la comparsa “Ya que estamos... pasamos”, que se presenta por segunda vez este año e incluye la mezcla de la salsa con otros ritmos y mucho trabajo de vestuarios, además de un escenario móvil en el que actúa el grupo Salsabor.

Ítems a corregir
Entre las cosas para reveer, y como una crítica que pretende ser constructiva hacia aspectos organizativos, están la cuestión del juego de espuma y el tiempo que se demoran las atracciones entre unas y otras.

En el primer caso se ha visto en años anteriores la venta de estos aerosoles que lanzan nieve artificial en tarros rellenados de manera ilegal, y además quien va al carnaval tiene muy pocas posibilidades de no ser atacado, por lo que esta situación hace que algunos directamente elijan verlo desde sus casas por televisión, olvidarse del asunto o quedarse al margen. Un tema que parece trillado, pero al no discutirse sigue sin solución con el paso de los años. Si se entendiera que recibir un compuesto gaseoso en los ojos es de algún modo agresivo, al menos podrían tratar de respetarse lugares para quienes el juego de la espuma no los seduce, tal el caso de las áreas para fumadores y no fumadores en los espacios cerrados comunes.

En lo que hace al tiempo que se demoran entre unos y otros al pasar, en ciertos casos esto desconcentra la atención del público y muestra alguna desorganización que no es agradable. Se ha ido corrigiendo este problema con el paso de los años, se pensó en este inconveniente reiteradas veces y sin dudas se ha avanzado en el concepto del corso espectáculo, pero si lo que se quiere es competir a nivel provincial con esta atracción hay que poner el acento en limar al máximo estos “tiempos muertos”, que poco tienen que ver con una fiesta y en lugar de divertir aburren.