Esta mañana en la estación del FFCC “Domingo Faustino Sarmiento” de Mercedes se vivió una situación particular, con el arribo de vuelta del rápido que iba a la ciudad de Buenos Aires parando en Luján y Haedo, pero al que se le incendió la máquina a la altura del peaje de Olivera y desde la estación de Mercedes partió una máquina en auxilio para remolcar toda la formación del local que saldría a las 11.15 pero se demoró y partió poco después de las 12.30, con el pasaje compuesto por quienes se volvieron en el rápido y los que iban en el local. Debieron intervenir los bomberos para sofocar las llamas.

Incendio
“Se prendió fuego la máquina antes de llegar a Olivera”, contó un pasajero en medio del desconcierto al bajar ante la aparición del móvil de Radio Vida. Esa máquina de la empresa Ferrobaires, arrastrada con el resto del convoy hacia Mercedes por la de TBA, quedó en una de las dársenas desde donde sería trasladada a los talleres de Caballito.

Nadie quería quedarse en Mercedes, sobre todo los que venían del interior, por eso ascendieron rápidamente al tren que tendría que haber salido 11.15 pero recién lo pudo hacer cuando la máquina de TBA se puso al frente de los vagones.

De acuerdo a lo narrado por Carlos Luna a través de la radio este mediodía, y mientras la máquina maniobraba para salir, la gente del interior aprovechaba el móvil para expresar su descontento. Muchísima gente salía parada en los pasillos. “Venimos de French, partido de Nueve de Julio. Salimos a las 6.30 de la mañana y pensábamos llegar 11.30 a Haedo”, contó una mujer. Otra, se resignaba a viajar parada, y reconocía que le habían pasado otras cosas en el tren. “Yo vengo con el nene y mi marido, estamos impacientes porque a esta hora ya deberíamos estar en Once. Viajamos de compras”, aclaró otra pasajera.

La máquina de TBA que había partido en auxilio enganchó a la formación poco antes de las 12.30, y quienes venían de las 5 viajando (desde Pehuajó), sólo deseaban “llegar con armonía y bien”, a la vez que destacaban “la calefacción rota” y la realidad del “mucho frío” en los vagones, que se solucionó parcialmente con el pasar de los kilómetros pero luego la máquina no daba más. “Los de segunda pasan frío, no hay calefacción”, apuntaba otra pasajera de Ferrobaires.

“Quienes viajan están acostumbrados a estas cosas, y no es la primera vez que pasan, hay resignación y la gente tiene paciencia, por eso no hubo desmanes aquí”, apuntó Carlos Luna desde el móvil radial cuando el tren partía, a las 12.30.

No va más para la máquina 9064, "Ciudad de Pinamar", de Ferrobaires