“¿A dónde van Kirchner, Lula y Chávez?” se preguntó Pablo Heller en el local del Partido Obrero este sábado en una charla con los simpatizantes de la izquierda en su sede de 37 esquina 32. El dirigente y candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, además, dejó varios conceptos en función de los inminentes comicios y las reales posibilidades del partido de los trabajadores. En la previa de la charla, Heller sostuvo un diálogo con este medio y destacó varias aristas de lo que definió como una crisis similar a la de 2001.

“El episodio de la valija ha puesto al desnudo que entre Argentina y Venezuela se ha montado una red paralela, al margen del Estado. En lugar de una política de independencia nacional latinoamericana, las relaciones que han entablado Kirchner  y Chávez son personales, de camarillas que son el caldo de cultivo para la corrupción y negocios privados, de las que han sido beneficiarios importantes grupos capitalistas de ambos países”, dijo Heller y mencionó los fideicomisos o Enarsa, “una cáscara vacía, fuera de cualquier control y que sirve de pantalla para la entrega que el gobierno viene haciendo  del patrimonio nacional”.

“Chávez apoya a Kirchner, que está entregando nuestras reservas a la British Petroleum  y a Bulgheroni y está preparando un gigantesco negociado de compra de acciones de Repsol”, denunció, a la vez que no dejó de destacar “la hipocresía” de la “llamada oposición”, en referencia a “Carrió, Lavagna y Macri, que pretenden explotar el escándalo pero para favorecer una política todavía más privatista y un realineamiento  mayor del país con el gobierno norteamericano”: “No tienen autoridad política ni moral  pues todo ellos participaron de gobiernos tanto o más corruptos que el actual o fueron imputados por corruptelas personales”, según Heller, quien indicó que Cristina Fernández de Kirchner no dijo en el Luna Park una sola palabra sobre este episodio de las valijas: “Ha debutado encubriendo. Pero este encubrimiento no alcanza, sin embargo, para disimular un gobierno en franco retroceso y desintegración. El agotamiento de la experiencia kirchnerista queda de manifiesto en los reiterados casos de corrupción, que han disparado una fuerte diputa de camarillas en el propio gobierno, en la crisis energética, que ha dejado al país sin agua, sin luz ni petróleo, la inflación galopante que orilla ya el 20 por ciento a la cual ahora se agrega la fuga de capitales como consecuencia de la crisis financiera internacional”, aseveró y dijo que el país está “bajo la amenaza de quedarse sin créditos”, en  momentos en que tiene vencimientos por 4.000 millones de dólares hasta fin de año.

“Chávez también enfrenta una crisis en su propio país, que ya está golpeado por divergencias dentro de las fuerzas armadas bolivarianas. Antonini de la valija estaría vinculado a otra gran crisis, en este caso de PDVSA, el corazón del Estado, la cual enfrenta un severo déficit de taladros para perforación. Antonini tiene que ver con las empresas que se beneficiaron con la adjudicación directa de estas adquisiciones. Esto se une a contradicciones crecientes, como inflación creciente y una fabulosa corrupción que carcome los diversos estamentos del Estado”, insistió en el local del PO, Pablo Heller, destacando que la experiencia venezolana, del mismo modo que la boliviana,  revelan “limitaciones insalvables del nacionalismo de contenido capitalista”.

“Las recientes nacionalizaciones de las telecomunicaciones y de la electricidad en Venezuela han sido indemnizadas a los monopolios a los precios de mercado. La nueva asociación con el capital extranjera para la explotación de  de la cuenca del Orinoco no se diverge de la que hizo Rusia o Argelia, cuyos gobiernos no se caracterizan precisamente por su radicalización. Simultáneamente, Chávez pretende regimentar al movimiento obrero, no quiere reconocer la independencia de los sindicatos y en este momento está reprimiendo sus luchas”, denunció Heller.

En nombre del PO, aseguró que convocan a los trabajadores a sacar todas las conclusiones de estos procesos políticos que enarbolan la causa nacional y popular. “Solamente los trabajadores, que defendemos intereses colectivos y no privados, estamos en condiciones de conseguir la unidad e independencia nacionales de América Latina”, opinó. “Oponemos al nacionalismo corrompido y cuyos límites están a la vista, la construcción de una alternativa obrera y socialista en Argentina y en el continente”, dijo y aseguró que esa batalla “hay que trasladarla a las elecciones del 28 de octubre”, para lo cual dejó sentado que las “candidaturas obreras y socialistas” presentes en las listas del Partido Obrero, como la de Néstor Pitrola, candidato a presidente, o Patricia Bojorge, primera concejal en Mercedes, “están al servicio de esta perspectiva”.