Con el título “La depuradora que no depura”, el incansable ambientalista e integrante de Amigos del Río Luján, Javier Moleres, envió una denuncia gráfica a los medios de la ciudad que incluye una descriptiva y crítica misiva que recuerda que se invirtieron cerca de 6 millones de dólares en la construcción de la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales, y en la que asegura que la obra recientemente inaugurada por el hoy gobernador de la provincia Daniel Scioli no funciona.

Moleres a través de una carta recuerda en principio a los vecinos que en la Depuradora invirtió el gobierno de la provincia 5,7 millones de dólares, a la vez que propone juntar valor, descubrir “la verdad” y vivir “una aventura digna de Indiana Jones”, acercándose hasta donde arroja sus aguas “depuradas” la Planta al río Luján: “Necesitará  atravesar el puente del Cañón, con uno de sus basamentos a punto de desmoronarse y con tanta mugre y ramas haciendo presión sobre los puntales de acero, que quizá le toque el dudoso honor de ser el último en cruzarlo”, comenta. “Después tendrá que internarse en un interminable y espeso bosque”, continúa. “Si supera estos dos obstáculos, dará con el lugar preciso donde el pobre río sufre tan terrible atropello, guiándose por el sonido que produce la caída de las aguas servidas de toda la ciudad. No necesitará tomar muestras para un análisis químico y biológico, con una rápida mirada y usando el olfato, notará cómo apesta ese líquido nauseabundo y lechoso, que de depurado no tiene nada”, amplía e invita a hacer memoria, y recuerda que luego de estar la Planta Depuradora 30 años inactiva, se llegó a un acuerdo entre el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y la empresa a cargo de los trabajos para destrabar un conflicto por falta de pago: “Así fue como la obra se terminó y la provincia gentilmente la cedió al municipio. Como a caballo regalado no se le miran los dientes, nuestro jefe comunal se vio obligado a recibirla, aún cuando algunos entendidos opinaban que utilizaba un sistema ya obsoleto y su mantenimiento resultaría muy oneroso. Y los resultados están a la vista: para tratar los efluentes así, mejor que se ahorren el costo de energía y los dejen pasar derecho al río. Que los siga depurando la naturaleza, que es más sabia y por ahora lo hace mucho mejor”, opina Moleres, de Amigos del Río Luján, y adjunta la imagen que completa esta nota.