Por Cristian Falabella

Ni la “Semana Santa” del cronograma católico trae paz en lo que hace a una costumbre poco sana de los mercedinos que se repite en otras ciudades, pero que aquí particularmente está en discusión desde hace un tiempo y ha traído consecuencias fatales: las “picadas” de autos y motos por las noches, tanto sea en pleno centro de la ciudad como en las avenidas y los tramos de ruta adyacentes al casco urbano.
En los últimos meses se ha visto el reclamo de un grupo de vecinos que se autoconvocaron para pedir el accionar de las autoridades en la materia, también se ha conformado el Comité de Regulación de Tránsito local, y el tema de la seguridad en el tránsito pareciera ser parte de la agenda cotidiana, aunque a las claras queda que poco se ha avanzado.

Las “picadas” no han cesado en los últimos tiempos y muy por el contrario han aumentado. Como antaño (cuando hubo que lamentar incluso una muerte de un joven inocente que iba a trabajar y fue atropellado y muerto: Gonzalo Fernández) la avenida 29 sigue siendo el escenario o la pista de carreras para aquellos desaprensivos conductores que al volante de un auto o una moto le faltan el respeto a las normas de convivencia y ponen en peligro sus vidas y las de los demás. Pero no es la 29 la única avenida que se torna peligrosa (sobre todo en la impunidad de la noche, donde los controles son inexistentes), sino que también son parte del “circuito” de picadas las avenidas 17, 2, 40, 1 y 47 en distintos tramos, así como lo es el trecho de ruta nacional 5 que va entre la rotonda de acceso a la ciudad por Avenida de Los Inmigrantes y la salida del Acceso Sanmartín.

También en plena calle 25 hay picadas casi todas las noches, cuando el reloj supera ciertas horas tardías. En la avenida 30, o la 16 se viven idénticas situaciones. En esta última quedó sin culpable el crimen del pequeño Nazareno Laborda, atropellado (por alguien que se dio a la fuga) cuando iba con sus hermanitos rumbo a la Casa del Menor en la esquina de calle 19, hace ya más de 10 años. Y poco y nada cambió desde entonces.

Se violan permanentemente las normas y es conocida por todos la situación. Este “jueves santo”, con el “feriado” como excusa, las avenidas y calles mencionadas fueron nuevamente escenario de absurda competencia en picadas como las que ya son una mala costumbre. Un día más pasó sin solución.