El “botero mercedino” Jorge Acosta presenta sus sacos de conejo como parte de su producción para este año. Con un mercado en expansión también gracias a su participación en Internet, el artesano local asegura que falta mano de obra y describe las bondades de sus productos a quienes se acercan a su taller.

A Jorge Acosta siempre se lo ve con mucho trabajo en el taller, y además está permanentemente atendiendo a los clientes que lo visitan, en calle 34 y 113, y explicándoles detalles de su labor y los materiales que utiliza. Su producto estrella es la bota artesanal, pero últimamente está trabajando mucho con los sacos de conejo.

“El saco de conejo se está usando en este momento como era en primitivo. Es una cosa muy linda, liviana y reversible. Por otra parte los colores son muy interesantes, ya que el conejo se puede teñir del color que uno quiere. Vienen de criaderos por lo que son cueros permitidos. En cuanto a los diseños se van agregando cueros, se hacen reversibles, se los forra de ambos lados y vamos buscando los modelos que se puedan hacer y no hay”, comenta Jorge Acosta. En cuanto a los precios de los sacos mencionados en un principio, oscilan los 800 pesos ó250 dólares.

Si bien los sacos de conejo gustan mucho porque se ven poco, hay otros que Acosta fabrica y son de vizcacha, conejo, napalam, vaca, cabra antilopada, carpincho y otros. Como siempre, en botas y carteras trabaja más de 30 clases de cueros que son muy poco vistos.

Por esto el mercedino tiene compradores de todo el mundo. “La venta se hace sola, falta mano de obra y eso es lo que precisamos para vender afuera en cantidad”, resalta quien fue reconocido en el área oficiaos de los Torneos Bonaerenses, siendo finalista y ganador y habiendo recibido una mención especial, con toda su línea de botas en cueros distintos, algo que impactó.

Quienes quieran conocer la labor de Acosta puede ir hasta su taller. “De 8 a 19 estamos, sin parar trabajando. Y cualquiera que quiera venir a conversar sobre los materiales o verlos, puede hacerlo”, reafirma.

Uno de los modelos de saco de conejo de Jorge Acosta