Alarma causó en un grupo de vecinos mercedinos preocupados por el ambiente la situación que se da en el barrio Villa Industrial Oeste y en todos los aledaños al canal de la calle 16 (en sus tramos a cielo abierto) que desagua pestilentes y contaminantes líquidos al río Luján. El sábado hicieron un recorrido para verificar, en auto, en motos y en bicicletas, con cámaras en mano la realidad ambiental de la ciudad en esa controvertida zona. Se encontraron con quienes espontáneamente les manifestaron sus problemas y todos coincidieron en la incidencia que tendría la empresa Magromer (dedicada a la curtiembre del cuero y en una llamativa expansión por estos días) en la generación de una mancha que va de blancuzca a grisácea y que se desplaza densamente por el mencionado canal. Esta estaría siendo vertida, de acuerdo a testimonios, cada día.

En algunas zonas la intensidad de los olores es a las 7 de la mañana, en otros tramos del recorrido a las 19, lo quehace pensar a los ambientalistas que la mancha se mueve lentamente, de acuerdo a la calidad de su pesado contenido, y pasa de un canal que lleva desechos industriales a otro que desagua en el río pero previamente se une con el que tiene caudal cloacal y pluvial. Todo esto es conocido desde hace años según pareece, pero desde la comuna no se hace nada por detener el atropello ambiental. Y es más: se lo fomenta. Al menos así parece si se tiene en cuenta la aplaudida expansión de la mencionada empresa, cuyo gerente, Omar Fernández, es además es el presidente de la Cámara Económica Mercedina.

Magromer sería responsable de los vuelcos. Los líquidos muchas veces se desbordan

Por un lado y tal cual se manifiesta sobre el tema en el foro Mercedes Ambiental, los problemas que padecen los vecinos lindantes a la planta industrial mencionada pasan por olores nauseabundos que irritan el aparato respiratorio y hasta por momentos humo negro que impregna de hollín las casas donde viven. Muchos iniciaron acciones jurídicas contra la curtiembre de pieles y cueros, que desde 1974 contamina el ambiente de la zona. “Nos comentaron que es insoportable vivir en ese barrio y de algunas patologías que tienen varios habitantes y especialmente en niños. Hay varias personas que murieron de cáncer”, recuerdan sobre el recorrido del sábado los vecinos preocupados por el ambiente.

Lo cierto es que la superficie que abarca Magromer ha crecido y en el barrio Villa Industrial es moneda corriente escuchar a los vecinos que la planta siguen comprando propiedades, así como también se sabe que otros esperan la oferta. Se dice que aproximadamente serían 8 las manzanas, que estarían siendo parte de este “crecimiento” de Magromer. En este sentido vale acotar que hace unos días de habría roto una cañería importante lo que desbordó líquidos en el barrio. En tanto, los vecinos de Villa Industrial también aseguraron que muchas veces el líquido que sale de la planta llega casi hasta sus casas, a la altura de la calle 37. Pero el problema de contaminación está en el aire, tal cual coinciden los afectados.

En el Villa Industrial con los análisis se detecta cromo en sangre en altos valores

“Este gobierno municipal priorizó la exportación de cueros y pieles al mundo desarrollado”, opinan los vecinos que encararon el recorrido ambiental y recuerdan que las curtiembres en algunos países del mundo están prohibidas por sus efectos en la contaminación del aire y de los efluentes con sales de cromo y otros metales pesados, y el agotamiento de recursos naturales no renovables como son los acuíferos. En este sentido y con respecto al agua subterránea, vale aportar un dato de que en la zona está la napa freática cercana, luego el acuífero pampeano (15 a 30 metros), el acuífero puelchense (50 a 70 metros) y el hipopuelchense (130 metros). Cada cuero necesita de 1.000 litros de agua para procesarlo.

Vivir junto al canal
Otro problema grave es el de los vecinos del barrio Malvinas Argentinas, que viven a la orilla del canal a cielo abierto que transporta los efluentes mencionados hacia el río. En la intersección de las calles 16 y 53, confluyen el desagüe pluvial (con efluentes cloacales) de la 16 y el de los efluentes industriales y cloacales que viene desde el sur. Los vecinos preocupados el sábado recorrieron el canal a cielo abierto que bordea el Barrio y se encontraron con la realidad de que allí jugaban niños con ratas de gran tamaño y muchos de ellos están enfermos. Los residuos domiciliarios conviven en este panorama con los efluentes del canal.

Sólo una callecita y un alambre de púas derribado separa el canal de las casas

Los vecinos creen al día de hoy que una solución primera podría ser entubar este tramo, ya que de manera aledaña al mismo vive mucha gente, que está sumamente expuesta. Aunque esto no acabaría con el problema, se salvaría de la exposición que ya genera enfermedades de distinto tipo a los habitantes de este barrio cercano al canal.

La situación de indefensión de esta gente ha dejado muy sensibilizados a los vecinos, que esperan poder realizar acciones contundentes para detener este atropello y atenuar sus nefastas consecuencias en la salud de la población y en la degradación de los recursos naturales.

“Gestión Ambiental”
Muchos recuerdan que el propio gerente bromeó -el día de la inauguración y ante los medios- con la calidad del agua que salía de la propia planta de tratamiento que la firma posee, sugirió que la podría beber pero no lo hizo. Lo cierto es que se duda hoy en día de la eficacia de este proceso de "depuración".

Al respecto, en el sitio web de Magromer se puede leer que la empresa “siempre ha tenido un firme compromiso para reducir al mínimo los desechos industriales y siempre que sea posible, reciclarlos”. “Los mismos son recogidos y pre-tratados dentro de la planta, que incluye un moderno y sofisticado sistema de tratamiento de efluentes que elimina completamente cualquier residuo peligroso. Por lo tanto el sistema ecológico del área se mantiene inalterado”.

“Conforme a este compromiso, Magromer ha calificado con la norma ISO 14001, consistente en un Sistema de Gestión Ambiental sobre la base de normas internacionales”, aduce la firma en su web.

Los galpones de Magromer se siguen ampliando día a día, como se ve en la foto