Se estrena en la Ciudad de Buenos Aires la película “4 de julio: la Masacre de San Patricio”. Si bien estaba previsto para marzo de 2008, recién en julio de este año el estreno puede ser posible. Los realizadores, Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta, habían mantenido un interesante chat en octubre pasado en NOTICIASMERCEDINAS.COM en vísperas del preestreno del mencionado filme, que había sido durante una semana en la ciudad de Mercedes, también involucrada y comprometida con la historia de los sacerdotes palotinos asesinados por la dictadura, que se retrata.

“4 de julio: la masacre de San Patricio” es un filme documental que cuenta la historia del asesinato de los curas palotinos en 1976, y había sido estrenado en el cine de la ciudad de Mercedes como primicia.

En el chat referido, entre otros temas, los realizadores comentaron que después del estreno en Buenos Aires saldría la película editada en DVD. “Se va a estrenar en tres o cuatro salas comerciales. Sabemos que es una película dura pero la experiencia que tuvimos en los distintos festivales en donde fue proyectada es que al público lo tiene atrapado”, según Young, quien también comentó que, luego de los inconvenientes, finalmente la película fue solicitada por el fiscal que sigue la causa: “Pero no sabemos hasta qué punto servirá como parte de prueba, más bien entiendo que es sólo una cuestión informativa”, opinó.

“La película intentó ser fiel al contar cómo nació el proyecto iniciado por los sacerdotes Leaden, O Neill y Kelly al comenzar el noviciado en San Antonio de Areco en al año 70”, fue otro de los comentarios del realizador mencionado, quien reconoció que los autores más importantes de la Teología de la liberación eran los que se leían en ese noviciado y se discutían sus ideas.

Por su parte, Pablo Zubizarreta destacó que “la Iglesia se ha mantenido en silencio muchos años con este y muchos otros casos similares”: “Es la gran vergüenza de la Iglesia Argentina como institución, y a la que mas ha perjudicado es a ella misma”, resumió y aclaró que la gran vergüenza es el silencio.

Para Juan Pablo Young, los sacerdotes asesinados, sin duda son mártires: “Seguramente tuvieron tiempo para poner (si hubieran querido) paños fríos, retirarse, guardar silencio, acomodarse mejor a los tiempos, pero eso fue justamente lo que no hicieron y siguieron adelante. Por eso son mártires”, dijo.