No encuentran solución los vecinos del barrio Santa Teresita a la problemática que les aqueja desde hace un largo tiempo y tiene que ver con la existencia de una cava que está ubicada en la intersección de la avenida 40 y la calle 113. Los memoriosos destacan que en un principio ese lugar era una laguna que daba gusto con especies silvestres de pájaros típicas y recuerdan el beneplácito que les producía el hecho de que servía incluso para que los chicos la usen como bañado en el verano, cosa que ahora sería una locura.

Un recorrido por la zona muestra una colección interminable de bolsas de residuos domiciliarios, regadas por las zanjas sin ningún límite ni contemplación. En el predio de la cava también funciona desde hace tiempo una tosquera. Pero los vecinos saben y han visto reiteradamente que se hicieran rellenos con residuos, ramas y otros elementos en el lugar, a veces en el pasado incluso con la participación misma de la Municipalidad.

Allí tienen problemas con el agua y la mayoría de la gente trata de no consumirla. Aunque es una zona con mucha expansión de viviendas y una escuela de jornada completa cercana.

Se sabe que la cava es como un símbolo de la contaminación en la zona, pero no el único, ya que se han denunciado reiteradas veces olores de vertidos líquidos por la actividad industrial.

Por último, es de destacar que en una de las esquinas de la cava el caño de registro del gas natural está arrancado de su lugar y otros caños de conexión están expuestos en medio de un zanjón, en ausencia de medidas de seguridad efectivas para su protección.