Este lunes 6 de octubre entre las 17.30 y las 19.30 en el aula 102 de la Universidad Nacional de Luján, Jorge Rulli se refirió a la problemática de la soja, como alimento y como biocombustible, de parte del Grupo de Reflexión Rural en formato de taller abierto y organizado por el Centro de Estudiantes del Profesorado y Licenciatura en Geografía de la UNLu. Fue una charla abierta a la comunidad y se realizó además una proyección del documental “Hambre de soja”, que marca que “el monocultivo de soja produce pérdidas millonarias en la fertilidad del suelo, la desaparición de alimentos básicos y una masiva contaminación ambiental”.

“A medida que crece el área sembrada con soja, desaparecen fuentes de trabajo. Y aumentan la desocupación, el hambre y la indigencia. La Argentina produce una cantidad de soja que podría alimentar  a 100 millones de personas, a pesar de esto la mitad de su población de 35 millones vive por debajo de la línea de pobreza y ni siquiera puede acceder a una alimentación adecuada”, fue la base de este documental.

En la charla los temas se relacionaron con otra mirada sobre la llamada “crisis del campo”; los nuevos modelos de la dependencia global; la soja, los biocombustibles; antiguos y nuevos paradigmas, y los desafíos de reaprender a pensar desde la ecología
En principio se dijo que este Taller como las Jornadas de Cine debate que organizan son para “multiplicar las voces” y “fortalecer el compromiso de esta problemática”, en contrario al sistema, que se basa en la desinformación del pueblo.

La fumigación fue uno de los temas de la charla

Rulli es uno de los principales referentes en contra de la soja transgénica y los biocombustibles. Es, además, uno de los creadores del Grupo de Reflexión Rural, y coautor de varios libros.

En la charla dejó varios conceptos, entre los que se destacan los que refieren a un “proyecto globalizador” del modelo de la agricultura actual, con “campos vacíos y grandes ciudades donde cada día se hace más difícil vivir”.

“El campo se convierte en incinerador de residuos tóxicos, en basureros de carcazas vacías de autos robados, en basureros a cielo abierto”, enumeró, entre otros problemas de la zona, afectada por la biotecnología.

Rulli aclaró que el documental era de 4 años atrás, y que las estadísticas que se veían habían subido “sin ninguna resistencia”. En el mismo se ven todos los procesos de la soja, desde que se inventa, la fumigación, la siembra directa, la alimentación y la problemática completa.

Alimentos y su producción
En otra parte de la charla, más adelante, Jorge Rulli explicó cuestiones relacionadas con la alimentación y su producción: “Se instaló como un negocio, el agronegocio. Se industrializaron los alimentos, ahora tienen conservantes, colorantes, la misma empresa que fabrica un alimento también hace papel higiénico. Con la soja se hace alimento y también pegamento”, adujo.

“Hoy la biodiversidad se hace en los laboratorios”, cuestionó. “La ciencia empresarial, se convirtió en la industria madre”, dijo y destacó un panorama de Argentina que “hacía forraje para pagar la deuda”, como “la solución mágica” que ahora es un “negocio para algunos”. Habló de la quiebra en el arraigo de los chacareros y que estos hoy no están directamente en los campos sino en los balnearios de moda. “Hoy se hace agricultura sin vivir en el campo”, describió.

Por otra parte, comentó que no a todos les es fácil reconocerse “sojeros” ante este panorama. “Todo esto se fue construyendo lentamente”, dijo y citó el ejemplo de Grobocopatel, que fue profesor en una cátedra de la UBA, formando a muchos ingenieros agrónomos en este pensamiento.

De los trasgénicos que se producen en la Argentina citó al algodón, el maíz y la soja, y agregó que se habían empezado a producir naranjos, pero aclaró que está prohibido hacer árboles trasgénicos.

Por último, dijo que ante la grandiosidad de este avasallamiento, “es importante lo local, lo pequeño, la conducta personal”, así como “elaborar modos de resistencias”.

“Todo esto se fue construyendo lentamente”, dijo