Desde la Unión Mercedina de Inquilinos, que preside Estala Obelar, denunciaron que los alquileres mantienen su ritmo de aumento y resisten a la crisis.

“El INDEC ha informado que los alquileres aumentaron en octubre un 1% y que el Indice de Precios al Consumidor creció en ese período 0,4%. Más allá de la magnitud de ambos aumentos que es congruente con la actitud estatal respecto de los índices estadísticos oficiales hay que atender a la relación entre ambas estimaciones que sí es correcta”, plantean y afirman que se mantiene un ritmo de crecimiento de los alquileres de dos veces y media la media de inflación. “Esta relación que correspondió a todo el año 2007 se mantuvo, y se mantiene, durante el 2008. La proporción de crecimiento corresponde también a las estimaciones privadas que consideraron un incremento de los precios en general de un 20% para el 2007 y un crecimiento de los alquileres de un 50% durante ese mismo año. Estas magnitudes demuestran el exponencial crecimiento de la renta inmobiliaria sin que se haya reparado en ello pese a la gravísima consecuencia que viene generando respecto de la calidad de vida de los inquilinos”, denuncian.

Para la UMI, esta “ganancia extraordinaria” comienza a generarse a partir de enero de 2007 merced a la utilización de un “mecanismo perverso como es el de aprovechar el momento de la renovación contractual del inquilino para exigir un nuevo alquiler equivalente al doble del pactado en el contrato vencido”.

“Teniendo en cuenta que los inquilinos, asalariados o jubilados, no han visto crecer sus remuneraciones en esa medida, resultan expulsados de donde vivían y deben concurrir masivamente a las inmobiliarias en busca de un lugar donde mudarse con su familia y sus cosas”, plantean y marcan que se crea así una sensación de exceso de demanda insatisfecha, “que es falsa, por cuanto el inquilino que busca nuevo destino ha dejado un inmueble vacío que será ocupado por otro proveniente de una situación mejor que se ve obligado a recalar en un techo más chico más lejano y de peor calidad”.

“Esta degradación de la vivienda ha tenido como resultado un monumental incremento de la ganancia de los rentistas y que ha sido equivalente a dos veces y media la inflación. Teniendo en cuenta que la planta de viviendas implica dos años de contrato, al 1º de enero de 2009 se habrá producido un crecimiento de este volumen en la totalidad de los contratos vigentes”, apuntan.

“La crisis económica que afecta a la Argentina y la que sufre el mundo ya tiene consecuencias en nuestro suelo pero los rentistas han obtenido, al cabo de dos años, un grueso colchón protector del que carecemos los inquilinos. Es el momento en que deberán ser atendidas las penurias locativas preservando el techo de los argentinos. Sin techo no hay vida”, completan desde la Unión Mercedina de Inquilinos.