Una falta total de atención en lo que hace a la contención, basada en el descuido y la poca o nula educación sobre el peligro contaminante del río Luján, hace que en tardes de calor como la de este domingo pueda verse –increíblemente– gente bañándose en sus aguas, como si fuera una gracia. A lo que se exponen estos jóvenes y niños que hacen caso omiso a una señalización caduca junto a la Pasarela, es a serias enfermedades producto de la exposición a materia fecal, cromo y otros compuestos tóxicos que se vierten constantemente al curso de agua. En el día de hoy el Luján, además, apareció con manchas de gran densidad de color verdoso, con forma de grasas o aceites.

Bañistas que no tienen conciencia del peligro, en su mayoría jóvenes y niños, algunos con mayores, se animan a bañarse en lo que fuera un balneario en otras épocas en el predio del Parque Municipal Independencia de Mercedes, en aguas totalmente contaminadas del río Luján.

El castigado curso de agua ha recibido por estas horas nuevos aportes que provenientes del zanjón que está junto a las vías del Belgrano se suman a los cotidianos arrojos de agua sucia que realizan cerca de allí el matadero El Mercedino y las industrias de acceso Sanmartín, entre ellas la curtiembre Magromer y la fábrica de alfombras Karavell.

Lo cierto es que el río está en muy mal estado y la gente no toma conciencia. No se respeta la prohibición de bañarse, y por otra parte esta se anuncia en carteles más que arruinados por el paso del tiempo.

En tanto, en el paso peatonal que se ubica entre los sectores viejo y nuevo, y que servía para el uso de ciclomotores y bicicletas, se ha abierto un peligroso boquete que también casi todos se animan a cruzar. Falta una importante cantidad de piso pero el paso está habilitado.