El arzobispo Agustín Radrizzani envió en la previa de la Navidad católica un mensaje especial para que sea difundido en el ámbito de la Arquidiócesis de Mercedes Luján, que pone énfasis en las virtudes del Niño que trajo Dios, como la “humildad, pobreza, debilidad y pequeñez”.

El siguiente es el mensaje de Monseñor Agustín al pueblo de la arquidiócesis:

“Queridos amigos, estamos próximos a esta queridísima fiesta de la santa Navidad.

Navidad nos dice muy a las claras que Dios está con nosotros. Navidad nos dice del infinito amor de Dios "tanto amó Dios al mundo que le dio a su hijo, para que todo aquel que cree en El tenga una vida sin fin".

Y en Navidad, algo que nos llama mucho la atención, ya a partir de Francisco de Asís, es el misterio del pesebre. El pesebre donde nosotros contemplamos al Niño, a su mamá, a San José, que están ahí, acompañando ese misterio de Dios en medio nuestro. Lo que más impacta en la vida del pesebre, es la humildad de la Sagrada Familia. Por eso, en la liturgia al comenzar la celebración (de nochebuena) los sacerdotes podemos optar por una fórmula que a mí me agrada muchísimo: "Tú que siendo rico te hiciste pobre, tú que siendo grande te hiciste pequeño, tú que siendo fuerte te hiciste débil", entonces a nosotros la Navidad nos sugiere un modo de vivir distinto, que es lo que clásicamente se ha llamado la virtud de la humildad; pobreza, debilidad, pequeñez.

Yo creo que ante una persona humilde, como es el Niño, el hijo de Dios entre nosotros, ante la humildad del Niño, nosotros quisiéramos configurarnos con ese misterio; ser receptivos del amor de Dios y viviendo ese eterno e infinito amor de Dios en nuestras vidas, ser nosotros, para los otros, un reflejo de ese amor. Y esto se muestra inmediatamente en el amor, en el servicio, en el silencio, en la disponibilidad, en la misericordia.

Tanto para aprender del Niño nacido en Belén.

Por eso, yo quisiera que el Señor nos conceda, para ustedes y para mí, esta virtud, que nos hace ser cercanos a todos nuestros hermanos; lo hemos aprendido de El, del Niño, pobre, débil y pequeño para que nosotros, configurados con su vida, seamos servidores de nuestro prójimo.

Felicísima Navidad para todas las queridas familias de nuestra arquidiócesis.

Agustín. Arzobispo de Mercedes - Luján