Podría redactarse un libro con las peripecias de las impresiones mercedinas que quedaron en la historia de la prensa escrita local, sobre la percepción de cómo Mercedes vivió los días de la última dictadura en la Argentina, que fue encabezada por Jorge Rafael Videla, un “distinguido” hijo de esta ciudad.

Lo curioso es que los archivos de estos testimonios de la prensa mercedina están en muy mal estado, o directamente no existen. En la Biblioteca Popular “Domingo Faustino Sarmiento”, por ejemplo, que guarda en su hemeroteca muchísimos periódicos desde el siglo 19 a esta parte, con colecciones completas, todo el periodo de la última dictadura y en general la década del 70 está “faltante” (“Estaba en un sótano que se inundó”, es una de las explicaciones esgrimidas).

Hay una sola colección completa y accesible de “El Oeste”, en la editora del medio que colecciona sus ejemplares, aunque está en mal estado de conservación y requiere una restauración urgente.

Por otra parte no hay ejemplares completos de “El Orden”, ya que el diario no existe más y nadie lo ha conservado; y tampoco parece haber accesible una colección completa de “La Hora”, otro de los periódicos que se imprimía por esos días.

Pero hay testimonios que quedan. En este caso se trata una revisita a uno de los diarios de “El Oeste” de una recientemente hallada colección familiar, del martes 16 de noviembre de 1976, mientras Jorge Rafael Videla era parte importante del aparato represor estatal como integrante de la Junta Militar, y ejercía la presidencia de facto del país. El título principal para la prensa mercedina era la celebración del 166 aniversario del Regimiento 6 de Infantería (hoy en Toay, La Pampa, donde fuera trasladado, en su lugar funciona la Escuela de Capacitación de Gendarmería y de Policía, en 2 y 29): en la ocasión se había entregado el premio “Teniente Coronel Rafael Videla”, ante el mismísimo general Guillermo Suárez Mason –uno de los principales represores, jefe del I Cuerpo de Ejército, conocido como “el carnicero del Olimpo”, fallecido en 2005– y la familia de Videla.

Su madre entregó el premio a “los ganadores del certamen recordatorio de quien fuera distinguido jefe de esa unidad” (por el padre del dictador Videla) y la “señora Olga Redondo de Videla, como esposa del extinto jefe del Regimiento 6 teniente coronel Videla, fue invitada por el teniente coronel Schollaert a cortar la torta conmemorativa, que lucía en su superficie un escudo de la unidad”.

Además de Guillermo Suárez Mason, quien fuera el responsable del centro de torturas “El Olimpo” y de muchos secuestros de niños, como jefe del Primer Cuerpo de Ejército, en el acto de celebración de los 166 años del Regimiento 6 de Mercedes estuvo el general Osvaldo Sigwald, jefe de la Décima Brigada (Subzona 11, a cargo de la Brigada de Infantería Mecanizada X de La Plata, uno de imputados de las denuncias sobre centros clandestinos en esa ciudad).

La alevosa explicitud del método con que estaban torturando y exterminando a personas en la Argentina de parte del Estado, el genocidio, era claro en las palabras brindadas –ante los mencionados represores y autoridades civiles, eclesiásticas y militares, instituciones locales–, en su discurso por parte del jefe del Regimiento de Mercedes, que el diario reproduce completo.

El teniente coronel Alberto Schollaert se refirió a las circunstancias históricas de las distintas épocas del país de las cuales el Regimiento 6 había sido parte (como “las batallas y combates por la independencia y la anarquía posterior”, “las sangrientas luchas por el sostenimiento de nuestra soberanía contra potencias del continente y de la misma Europa ante su grosera pretensión  de internacionalizar nuestros ríos”, “las campañas del Paraguay, las luchas por la organización nacional y las campañas al desierto”): “En el mundo se producen profundos cambios que tocan todos los sectores del quehacer político, ideológico, social y económico. Las influencias extrañas ajenas a todo lo que constituye nuestro acervo sin duda hispano y como tal cristiano, noble y generoso, comienzan a hacer sentir su nefasta acción. El terreno es propicio. Al rápido éxito suele sumársele normalmente el enceguecimiento y la mala educación”… “El liberalismo por un lado y el marxismo por otro, en su pretendido endiosamiento de hombre, terminan esclavizándolo y aniquilándolo. Argentina reclama así hoy una nueva era. Dios, patria, familia, jerarquía, orden y coherentemente la verdadera libertad, sentidos con pasión mística, es el desafío que lanza a sus hijos. La circunstancia actual es propicia. No se puede equivocar otra vez el camino. Las Fuerzas Armadas como en los albores de la nacionalidad se han empeñado nuevamente en la lucha por la libertad, la grandeza de la república y la restauración de los valores perdidos. En lo específico militar, los éxitos se suceden y la delincuencia subversiva armada sufre y siente la eficacia y decisión de las fuerzas legales y del orden”, decía ante “la tropa e invitados” el teniente coronel Schollaert.

Luego de afirmar que las Fuerzas Armadas convocaban a una “nueva cruzada donde todos y cada uno de los 25 millones de argentinos tienen su responsabilidad” la ineludible cita a Dios llegaba en el discurso del militar, ante los represores y la familia de Videla en el Regimiento 6: “Invoco a Dios para que su orden natural se realice total y definitivamente en Argentina. Con ello lograr con fe mística por un lado la erradicación del egoísmo, el libertinaje, la corrupción y la demagogia, y por otro el flagelo subversivo, no solo en su salvaje manifestación armada, sino también y quizás fundamentalmente sus ideólogos y complacientes. Sutiles y arteros los primeros y bochornosamente cobardes los segundos”.