El periodista y editor Javier Guevara (del semanario El Nuevo Cronista) fue citado a declarar en la Justicia y concurrió, este miércoles por la mañana, a raíz de una causa que surgió luego de una instrucción de años que se le sigue por contaminación ambiental a la fundición de plomo Merplac, de Miguel Espíndola y Juan Carlos Pserga, en la que estos, requieren a la justicia saber de dónde salió la información que el mencionado medio recogió. Algo que enseguida fue entendido como un “apriete”, a la vez tiene todo el aspecto de intentar distraer sobre el fondo de la cuestión (la grave contaminación ambiental generada y el no cumplimiento de las leyes).

Guevara remarcó cómo se anotició de que debía ir a declarar, a pocas horas de haberlo hecho: “En su momento el señor Espíndola con el patrocinio del doctor Argibay Molina realizó ante el Tribunal de San Martín, donde está elevada a juicio oral la denuncia por contaminación de Merplac, una denuncia contra un funcionario del Juzgado Federal porque entiende que incumplió en sus deberes y le informó a los medios los detalles de la causa. El Ministerio Público le dio luz verde a la denuncia, hubo una serie de actuaciones y el fiscal se encontró ante un punto muerto en el que tenía, a mi forma de ver, dos caminos: o archivaba las actuaciones o me llamaba a declarar como testigo. El entendió que era más acorde lo último, por eso el miércoles estuve en la Secretaría Penal Nº 4, a cargo del doctor Ariño, para brindar declaración testimonial”, comentó Guevara y destacó la gentileza de Ariño que le explicó el origen de las actuaciones por las cuales era llamado a declarar y allanó sus dudas.

“La citación es escueta. No da mucha información mas que el nombre de la carátula, ante quién tenía que declarar, el día y la hora. Se me pregunto si un funcionario judicial había trabajado, escrito artículos para el semanario, a lo que dije que no ya que no recuerdo que haya estado escribiendo funcionario alguno. Y luego vino una pregunta que me incomodó, y a pesar de lo que salió a decir el doctor Argibay Molina, se me preguntó si me constaba que algún funcionario judicial hubiese brindado información al medio respecto a esa causa. Contestar esa pregunta estaba rozando lo que entiendo es el secreto profesional, de la libertad de fuentes. Se me preguntaba si existía alguna fuente dentro mismo del Juzgado Federal, donde los funcionarios son muy pocos, los demás son empleados, y se achica el abanico de posibilidades. Yo comenté que el semanario no revela sus fuentes, que lo que le pido a los periodistas es que las fuentes sean chequeadas y fidedignas. Luego todo fueron opiniones personales de por qué el señor Espíndola con su patrocinio legal habían iniciado esta denuncia, brindé sensaciones y opiniones sobre una causa iniciada hace bastante tiempo. En este marco recordé el enfrentamiento previo que tuvo Espíndola con mi familia. A finales de los 80, con mi hermano Claudio en un principio, por la aparición de una nota en la que se denunciaba su actividad. También recordé que Espíndola se había ido a Suipacha y había vuelto a Mercedes. Y hablé de la importante labor periodística que se cumplió en ese momento desde FM Mercedes, que se convirtió en receptora de muchas denuncias de vecinos y fue una fuente inagotable y coadyuvó a que la justicia realice su tarea. Esas fuentes eran presuntos damnificados por la actividad que llevaba adelante Merplac, y creo que al fiscal esto le quedó claro. Espero que haga lo que corresponda, que para mí es archivar definitivamente la causa”, explicó Javier Guevara.

Por otra parte, se le consultó sobre algunos antecedentes sobre este tipo de “aprietes” a la prensa y cómo cree se encuadra esta petición de la empresa acusada por contaminación. “Dentro de la importancia de la reserva de fuente y una vez agotada la declaración testimonial que hice hablé coloquialmente con el fiscal y él decía que existe alguna jurisprudencia en torno a que a veces el secreto de fuente puede ceder. Es cierto, pero hay que ver cuál es el bien jurídico tutelado, qué es más importante: el secreto de fuente o la vida de una persona. Y si en todo caso la justicia entiende que es más importante que yo revele la fuente que el bien jurídico que lo indique la Corte. Además en 1994 cuando se hizo la reforma constitucional se estableció entre otras garantías la reserva de fuentes y que no puede haber una ley que la restrinja”, comentó y explicó que claramente si se inicia una causa en la que se denuncia que un funcionario judicial le brindó información a la prensa, la única forma de probar esto es a través de la palabra de un editor, periodista, o quien hipotéticamente recogió la fuente: “Lo que buscan, más allá de molestar, es que en algún momento termine yendo un periodista al banquillo para que informe quién fue la fuente. Argibay siempre ha buscado menoscabar el trabajo periodístico realizado por el Semanario El Nuevo Cronista o cualquier otro periodista que se haya puesto a defender las cuestiones ambientales en contra de los intereses de sus clientes. Está bien que lo haga, para eso es abogado y ha sido contratado, pero debería cuidar los modos y no cuestionar tan duramente y a priori la tarea de los medios”.

Por último, y teniendo en cuenta que la firma ha salido a decir que está para reabrir, y teniendo en cuenta que hay una ordenanza que prohíbe el trabajo de las fundiciones de plomo, y que aún sigue la escoria depositada en varios predios en el partido, Javier Guevara opinó: “Esto es un mensaje a los medios para que nadie los joda. En esta semana a la empresa le habría llegado la autorización del OPDS y tendría la autorización para funcionar por parte del municipio. El marco legal por el cual se le habría otorgado la habilitación lo desconozco, y para opinar sería bueno tener ese dato. Habría que ver para qué habilitan la actividad de la firma, y a partir de ahí se podría evaluar si el Ejecutivo está volando la ordenanza, que es una ley formal mas allá de lo que haya dicho en su momento el fiscal Vivanco”.

Fundición de plomo
La industria Merplac, durante los años que estuvo trabajando en Mercedes, fundía plomo contaminando el aire de la zona. Sería la responsable del arrojo de escoria en distintos predios de este partido y los aledaños; habría inyectado ácidos en las napas, arrojado plomo al río Luján y desperdigado residuos altamente contaminantes en cavas de la ciudad y los alrededores, en calles barriales y hasta en un predio que alquilaba como “vaciadero” en el propio Sector Industrial Planificado (Municipal). Tiene causas en la justicia por contaminación, ha sido clausurada por la Secretaría de Política Ambiental de la provincia, que hoy denominada Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable levantó la clausura (en diciembre de 2007) condicionando la misma a la “remediación” en plazos. En 2004 por la incidencia de su actividad se debió trasladar la escuela Agrotécnica, cuyos alumnos y profesores resultaron con plomo en su sangre, y algunos siguen enfermos. Actualmente, esta empresa desarrollaría la misma actividad en la provincia de Jujuy, mientras que en Mercedes ha rediseñado y refaccionado completamente su edificio industrial, de inminente reapertura ante la reafirmación del intendente municipal del levantamiento de la clausura impuesta por contaminación. En 2004 y por los problemas que surgieron, se prohibió por ordenanza la fundición de plomo en Mercedes, pero la empresa aduciría preexistencia para intentar volver a funcionar. La causa fue trasladada a la jurisdicción de San Martín.