Las finales del torneo URBA – UROBA se jugaron en la sede de la Asociación Deportiva Francesa, en Del Viso, a la vera de la ruta Panamericana.

A Mercedes y a Defensores les tocó la única cancha que no estaba en perfecto estado. La copiosa lluvia que caída había formado numerosos charcos, sobre todo donde el césped raleaba un poco.

Comenzó el partido y el campo de juego se fue deteriorando de a poco, lo que dificultó seriamente el manejo de la pelota y forzó numerosos errores de manejo. Mercedes tuvo a los de Glew en su propio campo durante más de veinte minutos, pero no supo ponerle buen fin a sus permanentes ataques. La cerrada defensa del “Defe” se estableció y no lo dejó definir.

A los 25 el partido cambió, porque los de Glew armaron una contra, ganaron mucho terreno con un maul que finalizó en penal por derrumbe y que, una vez jugado rápido, terminó en try. Luego se conectó la conversión.

Desde ese momento el duelo se emparejó hasta el final, cuando Defensores ganó un scrum y abrió la pelota, para que uno de sus tres cuartos zafara de un par de tacles y lograra apoyar debajo de las haches.

El entretiempo los alcanzó 12 a 0.

El segundo parcial comenzó igual, pero con los del sur sacando una ventaja por el lado de los forwards. A los 12 aumentó la brecha. Armando una contra por el lado izquierdo fueron jugando hacia el centro de la cancha y, luego de una trabada lucha por la ovalada, algún jugador consiguió dejarla apoyada en el ingoal. Luego llegó el gol.

Pero algunos minutos después comenzó la recuperación mercedina. Casi a la media hora de juego dispusieron un contraataque, un tercera línea se coló entre los backs, pidió la pelota y con una larga carrera logró dejarla en el ingoal del equipo blanquinegro. Luego se convirtió el gol.

Pasados los 30 de juego, Mercedes volvió a ganar una formación, la pelota salió hacia fuera, y recorrió toda la línea hasta llegar al wing, quien pudo arrojarse para anotar, pegado al banderín izquierdo.

El partido siguió muy luchado, trabado, con la pelota cada vez más difícil de llevar.

Ya sobre el final, Defensores ganó otra vez un maul, la pelota se abrió, y fue a las manos de un jugador que venía a la carrera pidiéndola, para que éste pudiera dejarla reposar en el ingoal mercedino.

Luego se escuchó el pitazo final, y el partido quedó 24 a 12, para la alegría de los jugadores y simpatizantes del “Defe”.

Un partido jugado entre barro, con dos equipos con dificultades para mantenerse en pié y hacer circular la pelota con efectividad. Podía ser para el que logre cuidarla más, y fuera llegando con los gordos. Al final fue de los de Glew, porque lograron que los delanteros trasladaran la ovalada con un buen maul y jugaron más corto que su rival en el suelto.

Su experiencia se notó en una cancha muy resbaladiza.

Mercedes manejó el partido durante los primeros veinticinco minutos y llevó a su oponente  a su propio terreno, pero no supo ponerle buen fin a sus ataques y dejó que el equipo blanquinegro se fuera armando y sacara varias contras.

En la segunda parte mostró diez minutos de buen juego, fue cuando logró los dos tries. No logró mantener el ritmo, y por eso no le alcanzó para doblegar a su oponente.