El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, destacó “el testimonio de vida” de monseñor Miguel Ángel Larrañaga, quien celebró el pasado 8 de noviembre sus bodas de oro sacerdotales con una misa en la parroquia San Ignacio de Loyola, de la ciudad de Junín, acompañado por sacerdotes del clero diocesano y numerosos fieles de la comunidad parroquial.

Tal cual informó la agencia AICA, en una carta, el prelado agradeció al sacerdote el servicio a la Iglesia y precisó que fue “una vida que tiene sus raíces en Jesús Eucaristía y la oración permanente que lo ha llevado a vivir las diversas situaciones de su vida con una fe robusta. A esto se suma la amabilidad de su trato que convierte las circunstancias más dolorosas en caminos de santificación”.

“Querido monseñor, Usted ha sido un referente para nuestros laicos y para nuestro presbiterio y sigue siendo un ejemplo que hace que nos enorgullezcamos de tenerlo como hermano", subrayó.

Tras dar gracias a Dios porque “nos ha elegido para que seamos la misericordia del Corazón de Jesús en el mundo como ha dicho del Santo Cura de Ars”, hizo un balance de la vida del sacerdote diciendo: “Pienso en las comuniones, en las bendiciones, en los bautismos, en las absoluciones, en tantas horas dedicadas a la enseñanza a lo largo de estos 50 años”.

Monseñor Larrañaga fue ordenado sacerdote en el templo de San Ignacio de Loyola de la ciudad de Junín, el 8 de noviembre de 1959, por la imposición de manos y la oración de Monseñor Anunciado Serafini.

Su ministerio pastoral está marcado por el lema sacerdotal: “La paz sea con vosotros, hermanos”, que lo llevó a servir al pueblo de Dios primero en la parroquia de Carmen de Areco, luego en el Seminario Diocesano Pío XII de Mercedes y finalmente en su ciudad natal, donde se dedicó a la educación a través de varias instituciones educativas, y fue responsable de la Capilla San Francisco de Asís, la cual desde hace 18 años fue creada parroquia y él es su primer párroco.