El pasado día 17 de marzo, en la Abadía de San Benito, en Luján, durante la celebración eucarística monseñor Agustín Radrizzani, arzobispo de Mercedes – Luján, confirió el sacerdocio en grado de diaconado al hermano José Mansilla, monje de la comunidad benedictina de este monasterio.

Durante su homilía, el obispo dijo: “No se trata de una “función”, de una tarea o de actos de servicio, sino de una identidad, de ser identificado profundamente con el Padre y con los hermanos. El sacramento del orden, en el grado del diaconado configura, hace a la persona uno con el Cristo servidor”.

“El contemplativo –haciendo mención a la condición del monje– es capaz de ver más allá de la realidad física. Puede encontrar la huella del Dios Amor, del Dios Comunión, en cada acontecimiento, en cada persona, en la Palabra, en la celebración litúrgica y especialmente en la Eucaristía. Si miramos la concreta realización de la vocación en la vida de los santos, nos encontramos claramente con que no es posible la santidad sin el servicio. Esto lo vemos y admiramos en San Benito, que amó y sirvió a los hombres de su tiempo. “Ora et labora”. Oración y trabajo es el mejor regalo que le dejó a la Iglesia y a la humanidad”, amplió Radrizzani.

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