Un grupo de lamas tibetanos se encuentra en la ciudad realizando distintas actividades, y una de ellas fue abierta al público y con carácter ceremonial grupal. Se trató de una “puya” llevada adelante por tres monjes del Monasterio Garden Shartse, de la India, en la plaza de la estación del Ferrocarril Sarmiento, ante casi un centenar de mercedinos, este sábado por la mañana y durante más de una hora llena de mantras, invocaciones y ofrendas grupales.

Los monjes pertenecen a la Asociación Budista Argentina y están en la ciudad para realizar sanaciones, purificaciones, iniciaciones y puyas públicas (como la de esta mañana) o en domicilios y lugares de trabajo. Están de visita en la ciudad para dar a conocer la cultura y tradición tibetanas, como forma de preservarlas, y para recaudar fondos para el mantenimiento del monasterio con el fin de proporcionar una educación acorde a sus raíces culturales y religiosas a los niños que ingresan a la comunidad. Además, el encuentro de los monjes con la gente tiene la intención de compartir su amor y compasión. También, por ello, realizan en estos días actividades en El Limonero y en el estudio de Eutonía de Mara Fuaz.

Vale decir que los budistas tibetanos creen que la música, los cantos y las danzas combinados con el color y el movimiento corporal son vehículos que inducen a estados de conciencia elevados, generando equilibrio en la actividad del cuerpo y la mente, encaminándolas a eliminar el sufrimiento y el dolor.

Las “puyas”, como la que tuvo lugar esta mañana en dependencias de la plaza de la estación, son rituales que realizan los monjes tibetanos ancestralmente, para armonizar la energía y proteger el espacio. En la ceremonia se realizan ofrendas a las diferentes Deidades, Budas, Bodhisattvas y Protectores, y se recitan mantras con el objeto de remover los obstáculos, las negatividades y restablecer la falta de armonía del espacio donde se lleva a cabo.

Con oraciones e invocaciones, en la puya todos los participantes –tanto los monjes como los asistentes– reciben las bendiciones siempre que tengan la intención de purificar y armonizar el espacio físico y mental, para el beneficio propio y de todos los seres del universo. La puya consta de varios pasos: en principio la invitación a los dioses y espíritus protectores para que asistan a la ceremonia; luego los monjes emplean objetos sagrados para generar un espacio limpio y puro para limpiar energías negativas y obstáculos, envidias y malos deseos; con ellos el fuego y la “pumba”, que contiene agua bendita con flores de azafrán, que son consideradas una manifestación directa de las flores que se encuentran en el jardín de los dioses y en contacto con el agua se les confiere una calidad divina con poderes purificadores intensificados por la repetición de los mantras sagrados; por último, se hacen las ofrendas a las deidades con devoción buscando halagarlas. Y luego de haber creado un ambiente propicio se hacen bendiciones y se comparte un “néctar sagrado” entre los asistentes.

La delegación de lamas, encabezada por el venerable Geshe Jampa Tenzin, monje tibetano que visitara anteriormente esta ciudad en el año 2008, en su actuación pública esta mañana en la plaza de la estación ferroviaria concitó la atención de todos los que pasaban. Su accionar generó un clima pacífico y alegre, con la repetición de mantras recitados acompañados de suaves percusiones y ritmos, que se contraponían al mundanal ruido de las motos, autos y hasta de la formación ferroviaria que arribó al andén cercano, e integrándose a los pájaros que gozan su libertad de seres alados y canturreaban entre los árboles del lugar.