Y llegó la noche fría en que se cumplió un mes de la paliza recibida por José Darío Duarte. Hubo marcha por las calles de la ciudad pidiendo justicia, en silencio y acompañando a los familiares directos de la víctima, que se llegaron una vez más desde la localidad de Olavarría. Esta noche, además, se hizo un petitorio en el Honorable Concejo Deliberante, donde incluso se cumplió con un minuto de silencio en el recinto. Los organizadores de las movilizaciones y encuentros siguen solicitando la presencia de “testigos comprometidos” que puedan avalar lo vivido esa noche y descorrer el manto de dudas que comienza a tejerse sobre esta muerte. Y la bandera de la impunidad, se presenta como un fantasma agitándose gigante en un mar de sensaciones de impotencia, sobre todo para la humilde familia de Duarte, que traslada su sufrimiento de aquí para allá sin encontrar paz ni consuelo de momento.

Sólo un mes pasó, 30 días, parece mucho más. El frío no ayuda a movilizarse, pero la gente se fue sumando. Unos 300 mercedinos comprometidos con la causa dijeron presente por José Darío Duarte, marcharon en silencio por las calles, tras concentrar en la plaza San Martín y pasar por la fatídica esquina de avenida 29 y 18. Luego depositaron flores en el palacio de Tribunales, exigiendo justicia, junto a los familiares y amigos que se llegaron de Olavarría. Su madre se quebró en llanto una y otra vez.

Lo vital para la causa, de aquí en más, es que la gente siga movilizada. De vuelta en la Plaza San Martín hubo algunas palabras en las que se reconoció “la vergüenza” de tener que convivir en este marco de violencia y que esto sea sufrido por los Duarte en carne propia. En este sentido hubo quien valoró la metodología adoptada y con la cual se exige el accionar de los jueces: la asamblea de vecinos.

También se celebró que este de la violencia sea un tema de discusión entre los jóvenes en los colegios. Justamente, los mismos jóvenes son los que siguen marcando el camino, afirmándose en la organización de este tipo de actividades, más allá de que se los quiera desmovilizar. En la plaza, la madre de José Darío Duarte, íntegra más allá del sufrimiento, fue explícita y solicitó a los jueces que trabajen para que la causa avance.

Un encuentro más en un mes de muchas movilizaciones, con distintos alcances cada una de ellas. Hoy no estuvieron los medios nacionales, aunque mucha gente respondió de buena manera. Por caso, en la céntrica calle 25 se iban sumando muchos que veían el avance de la columna tras la bandera que pedía basta de impunidad portada por los propios familiares de Duarte.

La llama de este caso sigue viva y muy encendida. El pedido de justicia no cesa, y más allá de que le den la espalda quienes ostentan el poder, o inventen excusas para intentar desorganizar a quienes se han unido en el reclamo, la ciudad de Mercedes ha tomado en carne propia lo sufrido por este joven de Olavarría y parece estar dispuesta, a través de su gente, a no dejar que el caso caiga en el olvido o la causa se recaratule como “Homicidio en riña”, lo que pasaría a constituir un delito excarcelable, si es que cae por "falta de mérito" el "Homicidio simple" que de momento está planteado.