El jueves de la semana pasada hubo allanamientos por droga que se realizaron en la vecina ciudad de Bragado por parte de personal de narcotráfico de Mercedes, Junín y Pilar, y una de las personas afectadas en dicho operativo fue Ezequiel del Río, editor de Bragado Informa y cuyo resultado fue negativo según informó a la postre el fiscal Courtade del Departamento Judicial de Mercedes.

La investigación de la división narcotráfico se habría gestado a partir de llamadas, de una presunta red de traficantes, que se efectuaron desde una cabina del locutorio del cual es propietario el periodista.

En Bragado hubo revuelo por este tema e incluso el intendente, Aldo Omar San Pedro, recibió en su despacho al periodista Ezequiel del Río, quien sufriera allanamientos en su comercio y domicilio a partir de una presunta denuncia anónima y que, más allá de la disculpa de los efectivos que habrían reconocido al afectado que estaban equivocados “como en tantos otros casos”, esto generó malestar por la incómoda y hasta violenta circunstancia en la que se vio involucrado.

El intendente comentó al periodista que había solicitado un informe a las autoridades policiales y que se desprendería del mismo que la confusión se generó porque por el sistema SCALIBUR desde la división narcotráfico, se habrían detectado hace un tiempo llamadas indicativas de una conexión de red de narcos de la ruta 5 y que las mismas se registraban en forma periódica desde un teléfono de la dirección allanada (un locutorio).

Pero el citado locutorio posee el servicio con el sistema conocido como calling party pays (CPP), es decir, “paga el que llama” el cual funciona con un chip de una empresa celular que está a nombre del propietario del local (Ezequiel del Rió) y del que salen todas las comunicaciones desde la cabina hacia destinos celulares (cientos de llamadas semanales).

Se presume que una persona asistía en forma frecuente a la cabina a realizar contactos para entregas de sustancias prohibidas y de allí se comienza a efectuar el seguimiento.

Lo que no tuvo en cuenta la inteligencia fue que el número registrado, si bien estaba a nombre del propietario, era un servicio público del cual hacían uso los clientes del locutorio.

No obstante ello estos datos son preliminares y el propio intendente San Pedro solicitó a del Río que cuando, por medio de su letrado tenga acceso al expediente, lo tenga informado sobre el tema.

La recepción de San Pedro al periodista resulta un aval, pero aún quedan algunos puntos para la reflexión dado que, según palabras del fiscal, la investigación partió de una denuncia anónima, lo que hace suponer que, a partir de esta, se efectuaron las pinchaduras de teléfono para establecer el delito.

No obstante si ello fue así, si había un seguimiento de las llamadas con horarios, días y operaciones, la pregunta es por qué no se esperó que el elemental proceso de que presunto “negociador” tomara contacto telefónico desde el número investigado para atraparlo “con las manos en la masa”. Y también la duda es si había necesidad de maltratar a la empleada y “prepotear” a toda una familia.

“El operativo que desembarcó en el domicilio del periodista, fue más aparatoso que el utilizado para atrapar a Sadam Husein y lo único que se llevaron fue un termo de agua caliente para tomar mates”, sostienen. “Si no fuera tan dramático podríamos decir que más que un papelón de la división Narcotráfico de Mercedes, fiscales y juez, esto fue una gran payasada”, agregan los involucrados.

Aclaraciones
A los efectos de aclarar la situación, Ezequiel del Río expresó que siendo las 18 horas del jueves se encontraba en su domicilio con su hija de 10 años cuando en su casa se hicieron presente efectivos de la División de Narcotráfico de la ciudad de Mercedes y luego de ser intimidado con arma reglamentaria en presencia de la menor aludieron que su presencia era por un allanamiento por supuesta comercialización de drogas ilícitas.

Del Río explicó que en ningún momento presentó resistencia al allanamiento, en tanto que al ser finalizado el mismo y al darse resultado negativo la policía dio a entender que se trataba de un “error” y que no había sido la primera vez que les pasaba algo así.

El allanamiento realizado en el domicilio particular de del Río se hizo ante la presencia de su hija pequeña y según comentó Ezequiel a la menor se le prohibió salir de la casa en el momento que su abuela se presentó a retirarla. Con esta acción en ningún momento se habrían tenido en cuenta los derechos de los niños.

En el allanamiento en el locutorio de calle Rivadavia al 2000 la empleada no fue tratada de la mejor manera por los efectivos de narcotráfico, como también habría ocurrido lo mismo con circunstanciales clientes que pretendían ingresar al negocio.

Ezequiel del Río dijo que fue víctima de un allanamiento por droga, “cuando yo ni siquiera fumo y lo que más me duele en este caso es la condena social, porque soy una persona pública, trabajo en una radio, tengo un portal de noticias y un kiosco y esto me afecta mucho a mi familia y a mí desde lo psicológico y lo moral y de ninguna manera puedo aceptar que la policía me sugiera que yo le diga a la gente que se trató de un error, porque sé que no lo creerá nadie”.

Del Río y su abogado, doctor Rafael Acuña, esta semana viajarán a la ciudad de Mercedes a los efectos de poder tener acceso a la causa y saber de dónde proviene la denuncia, que según se dijo en un principio habría sido anónima.