En el Concejo Deliberante de Mercedes un fuerte rumor se estaría haciendo realidad día a día con el descontento que habría entre el concejal Carlos Ludueña y la conducción comunal, por lo que en breve estaría definiéndose la situación de su banca. Hasta se dijo que presentaría su renuncia, lo que él considera una cuestión de “pícaros”. Lo cierto es que el lunes habrá sesión ordinaria en el primer piso del Palacio Municipal y nadie es ajeno a este tema. En tanto, el concejal oficialista Carlos Ludueña desmintió esta noche su renuncia, reafirmó que no apoya al matrimonio gay y dijo que no sintoniza con Kirchner, sino con el peronismo disidente.

Ludueña accedió a una entrevista con este medio: “Alguien hecho a rodar mi alejamiento del cargo”, reconoció, “pero todos sabemos que los cargos electivos de concejal son irrenunciables, es un mandato que está en el poder máximo que hace la sociedad, con el voto. Es imposible que yo con 30 años de militancia en el peronismo vaya a traicionar un mandato”.

“Lo que puede ser”, reconoció, “es que algunos pícaros, como estoy en algunos proyectos irritativos para algunos intereses, como el crematorio municipal, o me he opuesto abiertamente al proyecto de boda gay, o he marcado mi disconformidad a la tasa del alumbrado, algunos pueden pensar que con eso me van a arrinconar. Si es una picardía la pongo en descubierto y mi carrera política sigue hasta la terminación del mandato, aunque un poco antes será la opción crucial que en el peronismo va a ser con las elecciones internas. Yo tendré mi libertad de decir a quien acompañaré, depende la propuesta que tenga. No he vendido la conciencia, he de poder decir si continúo o no”, dijo siempre sobre los rumores de su renuncia. Por otro lado, marcó: “Lo que puede hacer confundir es que estoy en condiciones de jubilarme, tengo 66 años, con mi jubilación como abogado presentada, y los años para jubilarme en la administración pública nacional. Le he ganado el juicio a Impositiva, le he pedido al intendente, al gremio y a la DGI la reincorporación, que es lo que corresponde y no se ha producido. A o mejor especulan que si yo ingreso en Impositiva me van a jubilar. Pero yo dejo libre que el intendente pueda decidirlo. Es una elección, porque siendo concejal nadie me puede obligar a jubilarme”.

Negó una y otra vez, enfáticamente, su renuncia: “Hace treinta años que estoy en el peronismo y no soy un hombre de renunciar. De no mediar algún aspecto de salud o fuerza mayor jamás lo haría”, dijo Ludueña.

En tanto, consultado específicamente sobre si tiene o tuvo algún desacuerdo con el intendente, indicó: “No tengo ninguna visión encontrada con Carlos Selva. Le he hablado, le he pedido que interceda para que me reincorporen en la DGI y le he dicho que si me reincorporan queda con la opción, y yo le doy la derecha para que jubilado siga siendo concejal o no”, reconoció, “algo que legalmente es posible”.

“Yo puedo aceptar la jubilación pero no me la pueden imponer. Legalmente es posible porque al ganarle el juicio de despido indirecto en la Corte, como los empleados públicos tienen estabilidad propia corresponde que me jubile por ley”, amplió.

“Yo no estoy en la cabeza de Carlos, pero nadie es imprescindible en política”, dijo luego sobre su prescindencia o no en el PJ. “Yo no me lo creo, modestamente hago mi aporte y eso lo evaluará Carlos. Es prematuro evaluar qué haré en política con la interna que puede haber en julio de 2011, ahora mi compromiso con Carlos Selva agota en este mandato: él lo sabe, y no tiene ningún compromiso conmigo. Y depende de él si en junio o julio del año que viene me hace la propuesta de seguir o no. Me dejará en libertad a mí para ver si me voy al peronismo disidente, que hoy me atrae más que el sector K”, anticipó luego, locuaz.

En este contexto, consultado sobre cuáles son sus referentes en el Peronismo disidente, dejó escapar sus críticas: “Yo no tengo contactos, pero hoy a mí me atrae más el peronismo disidente. Hay una fisura en el peronismo. En la concepción peronista no podríamos estar discutiendo nunca si procede o no el matrimonio gay. Para el peronismo es un bastión la familia, Perón se cansó de decir que nosotros adoptamos la doctrina social de la Iglesia. Nuestra concepción de armado de la sociedad es sobre la familia nuclear. No podemos dentro del peronismo salir a destruir la familia, como con este proyecto de casamiento gay”.

“Yo veo que hay muchas infiltraciones dentro del peronismo que son muy progre pero que con el peronismo no tienen nada que ver. Cuando vino la propuesta que propiciaba el matrimonio gay yo dije que no iba a acompañar el proyecto, porque nuestra tradición está en contra de eso. Yo tengo mi edad, ya también estoy en la reserva, pero no puedo apoyar una cosa que me queme las manos”, expresó Ludueña.

“Deseo lo mejor para la ciudad, estaré en los proyectos que construyen, no en los que dividen y nos alejan de las cosas de poder hacer”, dijo Ludueña, quien está cumpliendo su segundo mandato como concejal, en el Legislativo comunal y por el Partido Justicialista hasta el año 2011.