En horas en que se discute nuevamente la posibilidad de que se produzcan elecciones en la Unión Obrera Metalúrgica de Mercedes, un dirigente sindical mercedino que debió exiliarse en 1976, perseguido por la dictadura, a 34 años recuerda aquella historia y da mediante una carta pública explicaciones a los trabajadores de ese sector. Héctor Vázquez se pregunta hoy en día cómo puede ser que la persona que fue designada por el Proceso Militar como interventor en la Seccional de la UOM de Mercedes reemplazándolo todavía esté dirigiendo sus destinos.

En su regreso a la ciudad y de cara a la opinión pública, Vázquez escribió una carta, dirigida a los trabajadores de la Unión Obrera Metalúrgica de la República Argentina Seccional Mercedes, que dice textual:

“Quien les escribe es un hijo de esta tierra, un hombre criado y educado en esta querida localidad. El destino me dio la posibilidad de ser secretario general de la UOMRA Mercedes hasta el año 1976. Intervenida la seccional por el proceso militar, por el entonces teniente coronel Horacio Claudio Destéfano, que respondió a mi pregunta de ¿por qué?

Según el jefe de esta zona militar, “usted Vázquez es un hombre peligroso para el actual Proceso y, por eso, se ha decidido nombrar al frente de esta seccional de la UOM a personas que tengan afinidad a nuestras convicciones patrióticas y que colaboren con la defensa de la patria”, nombrando como interventor a Julio Núñez, todavía a cargo de la seccional y como colaborador a Humberto Conde.

A partir de ese momento me sugieren que abandone la ciudad, lo cual hice, pensando en mi familia, pero entendiendo también que abandonaba a mi madre recientemente viuda, siendo yo su único sostén, a mi esposa y a mis dos hijos pequeños, resignándolos a una situación muy difícil, ya que mi señora trabajaba y más de una vez se sintió perseguida y controlada.

Me fui al sur donde me sentía también controlado y perseguido. Al tiempo conseguí trabajo y me permitieron llevar a mi familia. Pero a pesar de esto, nunca pude completar mi paz, porque me sentía un exiliado en mi propio país.

Pienso que después de 34 años, y en momentos en que se juzgan a los genocidios y a sus colaboradores me pregunto: ¿Cómo puede ser que la persona que fue designada por el Proceso Militar como interventor en la Seccional de la UOM de Mercedes reemplazándome todavía esté dirigiendo los destinos de esta Seccional?

Quiero creer que los compañeros del Secretariado Nacional de UOM desconocen esta situación, la cual no coincide con los principales ideales que nuestro gremio siempre tuvo y que costó la sangre de muchos compañeros.

Quizá se pregunten el por qué de esta carta. Lo hice pensando que es hora de que todos reflexionemos y decidamos qué es lo que queremos para nuestro querido gremio, si quién dice representarnos es merecedor de estar donde está y si no habrá llegado el momento de poner punto final a esta situación.

Respecto a mi persona y a mi familia, que ha sufrido conmigo el desarraigo y el estar tan lejos de los seres queridos, ya no hay nada que pueda reparar todos los momentos de incertidumbre, angustia y tristeza que pasamos.

Creo haber demostrado durante todos estos años ser un hombre de bien, trabajador, integro, honesto, fiel a mis principios y con muchas ganas de que se haga Justicia.

Un abrazo a todos.

Héctor Vázquez

Encuentro en Mercedes
En el día de ayer, jueves 24, Vázquez hizo una rueda de prensa abierta en la que estuvieron algunos medios de la ciudad de Mercedes. Comentó muchos detalles durante más de una hora. Esa época Héctor estaba a cargo de un plan de viviendas para los trabajadores metalúrgicos, como secretario general de la UOM, estaba con muchos proyectos pero llega la intervención: “A mí me viene la notificación directamente de la UOM, me avisaron por teléfono que venía la intervención. No terminó de llamarme un militar y vinieron de civil, junto con Conde, en el mes de diciembre del 76 al sindicato. Hubo un despido en TEDO, el gremio fue a pelearlo al Ministerio de Trabajo y esa fue la gota que colmó el vaso. Citaron a las partes y se enojaron mucho. No había motivos para el despido”, recuerda Héctor Vázquez y destaca que Horacio Moavro era el abogado del gremio. “El estuvo preso, lo apoyamos y eso tampoco gustó. En esa época vino un cura de bastante jerarquía y lo esperamos en la estación del ferrocarril para que pidiera por su libertad. El ganó un juicio a Ducilo con tres trabajadores que vinieron al gremio a pedir ayuda y fue el único. Esas cosas por ahí hicieron que me consideraran una persona peligrosa”, opina hoy, a 34 años de lo sucedido.

Otras cosas que hacía en Mercedes antes de irse al exilio a Comodoro Rivadavia, donde también era vigilado, era colaborar con la donación de leche y facturas para los chicos de una escuela de la ex Pampa Chica, todos los días. “Eso no caía bien, la chica que lo hacía conmigo era de la Juventud Revolucionaria Cristiana y se tuvo que exiliar. La juventud era mala palabra, más si uno hacía ese tipo de cosas”, según Vázquez.

A su esposa, que era maestra y trabajaba en la colonia Olivera, la vigilaban desde dos autos: “Estaban ahí con los Falcon, hacían señas de luces. Yo no estaba, se lo hacían a ella. Los autos estaban siempre, y cuando ella trabajó en la escuela 8 con la madre de Stella Maris Bojorge, cuando aun ella estaba con vida, no quiso saber donde estaba, porque nadie sabe hasta donde le dan las fuerzas. Era mejor no saber eso, por su a uno lo torturaban. Uno no sabe hasta donde puede aguantar sin abrir la boca”. Además, remarca que se comentaba que en los sótanos de la casa del director había compartimentos, donde se alojarían detenidos, siendo el lugar luego custodiado por la Policía Federal.

En el año 77 a su esposa alguien le dijo que podía irse con el marido, porque todo estaba tranquilo, y la familia se mudó integra a Comodoro Rivadavia, el 30 de noviembre. “Yo estaba cada vez mas loco si mis hijos, en esa época habré vuelto dos veces, siempre sin hacerme ver, a Mercedes. Me quedaba 4 días y me iba”, explica.

Los interventores del gremio durante la Dictadura terminaron siendo Humberto Conde y Julio Núñez, este último el actual secretario. “El está al frente del gremio desde que lo intervinieron en 1976 hasta la fecha”, destaca. Sólo en 1984 tuvo oposición con Fragueiro y Rivero, pero estos no lograron vencer a su lista azul de continuidad de intervención entre los metalúrgicos.

Vázquez no vive en la ciudad y tiene una visión muy crítica de la dirigencia local: “En Mercedes hay una falta de conducción política, de parte del intendente y la gente que lo acompaña. Fue reelecto, pero Julio Núñez también. Saben caer parados. Núñez fue secretario de prensa y propaganda de la UOM Nacional. Hay muchos que están en distintos cargos en Mercedes que aparecieron en el proceso”, cuestiona, ampliando el abanico de sus cuestionamientos.

Entre experiencias, la charla fue pasando ante los integrantes de la prensa local este jueves, y la ampliación de este testimonio viviente de lo que pasó un exiliado mercedino en los años de la dictadura seguramente podrá servir para esclarecer historias que no se conocen para el común de la gente.