Una muy mala costumbre de arrojar basura en cualquier lugar no apto ha ganado el interior de una dependencia municipal y lo grave es que allí trabajan muchas personas, lo que da a entender que las condiciones laborales no son de las mejores, algo que han venido destacando desde los gremios de manera poco precisa pero que hoy se confirma, cuando con una simple mirada fotográfica al lugar desde afuera del predio, se pueden captar montones de bolsas apiladas, cubiertas, agua estancada, y otras cuestiones que  hacen pensar en una disposición de residuos de todo tipo. Pero esta es la punta de un iceberg, que tiene que ver también con una exacerbación del consumo que lleva a la generación de montones de residuos de tipo envase o descarte de aparato o similar elemento de tecnología anterior que se desecha. Esto por parte de todos, o muchos, o la masa crítica. Plásticos, bolsas, en fin, Mercedes es sinónimo últimamente de basurales por cualquier sitio que corroboran esta situación y ahora también parece haber uno dentro del Corralón Municipal, junto a oficinas, talleres y personas.

El Corralón funciona enfrente de la Terminal de Ómnibus de Mercedes y allí de alguna manera se han venido acumulando de distinta forma residuos, sin ser un lugar de disposición. En el verano, por ejemplo, se cuestionaba que se acumulen en grandes pilas en la vereda, junto a la puerta misma. Hoy, desde esas mismas veredas –en algunas partes del predio inexistentes– es posible ver cómo trabajan, en qué condiciones.

Además, al recorrer el predio –donde supiera estar radicado un antiguo cementerio, luego trasladado en parte– en todo su perímetro, se advierte claramente una serie de derrames de combustible y aceites que eximen de calificaciones.

El Corralón quizás como el patio trasero, de una llena de mugre ciudad con nombre de mujer, Mercedes, en la que todos viven y contribuyen a ensuciar. El Partido de Mercedes y no sólo la zona de La Florida desborda de bolsas de desperdicios, hay un alto consumo y poco se piensa en la naturaleza, en la Pacha Mama, la tierra, el hombre en sí. A veces, se consume nomás. Sin pensar.

Es posible parar un poco.

En tanto, en el Corralón, como un estandarte, grandes cubiertas de máquinas y maquinaria municipal en desuso se amontonan sobre las calles 35 y 114, junto a las veredas, al paso, y en su interior la basura se junta como si fuera un lugar de acopio. Allí, junto a una serie de porquerías hay oficinas y talleres con mecánicos, electricistas, ahí trabaja gente.