Este martes tuvo lugar una nueva marcha de silencio por las calles mercedinas con punto de concentración en la Plaza San Martín de Mercedes, y la presencia, con fortaleza pero muy triste expresión, de los familiares directos de José Darío Duarte, joven trabajador de Olavarría que fue murió a pocas horas de recibir la golpiza de una patota en las calles mercedinas en una noche de abril, hace 4 meses.

La convocatoria fue buena más allá del tiempo pasado y la falta de justicia, que se reclama una y otra vez. Además de los familiares de Duarte estuvieron los de Danielito Vidal (sobre todo su madre, Mary), quienes se sumaron a apoyar a esta gente que no encuentra consuelo aunque mantiene la fe y la esperanza en llegar a un buen puerto, si bien el desconsuelo y la falta del joven José Darío Duarte de momento son casi la totalidad de los sentimientos que los embargan.

De condición muy humilde, los olavarrienses familiares de la víctima se llegaron una vez más a la ciudad de Mercedes con gran esfuerzo. Su esposa no pudo estar presente para no exponer a su hijo (que “aun espera que su papá regrese de viaje”, tal cual comentó su madre). En tanto, los mercedinos marcaron su apoyo de diferentes maneras, a través de la lectura de poesías o con la expresión artística en el caso de los artistas plásticos, o simplemente con su presencia y un abrazo a los familiares, que no es poca cosa. El recorrido por las calles céntricas fue custodiado por agentes de seguridad, y se completó con una batida de palmas simbólica frente al Palacio de Tribunales de Mercedes.

Lo más saliente de este encuentro fue la lectura de sendas cartas redactadas por la madre y la esposa de José Darío, que debieron ser divulgadas por una de las jóvenes de la organización, ante la imposibilidad de pronunciar palabra alguna por parte de los familiares directos, embargados por la emoción, y en un mar de lágrimas incontenible.

Las cartas, de la esposa y la madre, en ese orden, se transcriben a continuación:

Esta carta expresa todo lo que siente, la familia de José Darío Duarte, su mujer Patricia, su hijo Esteban, sus tíos, tías, primos, primas, amigos, hermanos, cuñadas, suegros, abuelos, y su madre.

Hoy hace 4 meses de que mataron, asesinaron a sangre fría a Darío “el chino” y a toda su familia.

La familia era feliz, hasta ese maldito 10 de abril, que en un abrir y cerrar de ojos nos hicieron conocer la tristeza, la angustia, la bronca, el vacío, la soledad y sobre todo el dolor. Ese dolor, que no tiene consuelo, el dolor de no verlo más. Sólo nos quedaron mil preguntas que nos hacemos, y que les hacemos a los asesinos ¿Por qué tanta maldad?, ¿tanto valía un trago de cerveza, que el precio fue su muerte? ¿Por qué tanta cobardía? ¿Qué se siente saber que destruyeron a toda su familia, y que nos sacaron nuestro mayor tesoro? Porque eso era Darío para nosotros, un valiosos tesoro. ¿Qué sienten saber que dejaron a una criatura de sólo 7 años sin el amor de su papi? No saben la tristeza que es ver a ese hijo con una foto y llamar a su papá, esperando que llegue de trabajar. Porque él, era eso, un trabajador, un ser humilde, lleno de bondad y de cariño.

Hoy su mujer, que vivió 10 años junto a él, no es nada, le falta todo, le falta su gordo, su amigo, su marido, su compañero, su amor, su vida. ¿Cómo sigue ella y su hijo que todavía esperan al gordo? Le quitaron los sueños, sus proyectos, sus alegrías. Sólo tienen dolor.

Como toda la familia, cada uno llora por un lugar distinto, cada día es más terrible saber que mientras nosotros estamos llenos de dolor, los asesinos están en sus casas; mataron y no pasó nada.

Por eso pedimos a los jueces, que haya justicia, justicia, y mil veces JUSTICIA, que no se tape nada, que cada uno de los que patearon y pegaron a Darío paguen, que no haya compasión, como así tampoco los asesinos la tuvieron con él. También pedimos que se pongan en nuestro lugar, Darío vino a trabajar, y lo mataron por un MALDITO TRAGO DE CERVEZA.

No es justo, queremos justicia. Para aunque sea, poder encontrar un poco de paz, en medio de tanto dolor.

A nosotros nos mataron en vida, y no sabemos cómo seguir. Si estamos de pie, es porque nos dejó un hijo maravilloso. Por ese hijo, pedimos JUSTICIA.

Hoy a 4 meses del asesinato de mi hijo JOSE DARIO DUARTE, les hago esta carta a los imputados y sus padres; ya se acerca otra vez el horror para mi familia y para mí. Saber cómo murió mi hijo y por fin conocerles las caras a esas personas que se creyeron dueños de la vida de mi hijo, Cómo me gustaría preguntarles a uno por uno, que se siente cargar con una muerte en su conciencia. ¿Qué les pueden decir a sus hijos el día de mañana? ¿Que fueron unos asesinos? ¿Y malos a muchos? Y a esos padres, ¿Qué es lo que sienten? Seguramente, no el dolor que me dejaron marcado para toda la vida, a mí, y a ese nene de 7 años que le sigue haciendo frases de amor a su papi.

Señores padres, yo tengo hijos de 5, 16, 19 y 21 años, y jamás se les ocurriría hacerle mal a una persona, ni siquiera a los asesinos del hermano.

Creemos en Dios, no hay mejor justicia que la de Dios, yo entendí algo dentro de todo mi dolor, mi hijo está dormido y no está muerto. El descansa en el paraíso.

Pero están muertas estas 8 personas, porque no tienen sentimientos, y mucho menos corazón ¿A quién le pueden decir te amo? Si son unos monstruos. Mi hijo fue respetado y amado por su familia, esposa, hijo y amigos. Yo fui una mamá feliz durante 25 años y mi hijo me llevó mi alegría y mis ganas de vivir. Estoy todos los días pidiendo a Dios, que me proteja a mí, y a mi familia para no conocer el odio. Pero sí, me quedaría tranquila. Que paguen los años que les corresponden, para que no haya más muertes injustas como la de mi Dari, y les juro que les deseo que se arrepientan de lo que hicieron para que puedan tener el alma en paz en esta vida. Nadie es inmortal, tengamos plata, o seamos de la raza que seamos. Todos vamos allá y está la otra justicia. Sólo quisiera preguntarle a los 8 procesados: ¿Qué pudieron haber hecho de terrible Darío y Matías? ¿Ustedes sabían el daño que iban a causarles? Pregunto, porque no me entra en la cabeza. ¿Se puede tener un alma y un corazón tan malvado?

Sólo le pido a los jueces, fiscales y abogados, que hagan que paguen estas 8 personas. Porque a mí, me mataron a mi hijo, JOSE DARIO DUARTE.

Yo sé que hay muchas mamás y papás que me entienden la pérdida de mi hijo, porque muchos de ellos lo han perdido. Espero, hermanos del dolor, que no haya sido de forma tan horrorosa como la mía.

Saluda atentamente, una madre destrozada. Nidia Esther Burgos.

La próxima marcha de silencio está convocada para el venidero 10 de septiembre.