Por estos días en varios medios se anunció la posibilidad de la llegada a la ciudad de Mercedes de la presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, para inaugurar oficialmente la planta de la industria textil sintética Guilford, que hace casi un año comenzó a operar lentamente y en la actualidad está realizando varios procesos industriales. Lo cierto es que en el día de hoy se supo de fuentes extraoficiales que la llegada se postergaría, al igual que la inauguración pautada de la planta que funciona donde la DuPont dejara un reguero de contaminación, tras trabajar durante años con materiales muy peligrosos como amianto, arsénico e hidrocarburos, cuestiones que hacen que haya demandas en la justicia en distintos ámbitos por la agresión a la naturaleza y su incidencia.

Vale recordar que en avenida 40 y casi 37 en el predio de la ex DuPont antes de que se instalara Guilford había desistido de su uso la Universidad Nacional de Luján, dado que se habría hallado arsénico en las paredes y además en el contrato de concesión –se supo tras su firma– una sugestiva cláusula prohibía terminantemente extraer tierra del suelo para su análisis.

La aceitada relación de la firma Guilford con la Presidencia se confirmó cuando en enero de este año el presidente Eduardo Bohm, salió de gira comercial por China con el canciller Taiana.

Pero ahora suena fuerte la versión de que por estos días habría disconformidad en cuanto a las condiciones laborales y elementos de seguridad con respecto a lo necesario para trabajar en áreas no seguras, y esto podría estar haciendo surgir un conflicto en lo inmediato entre los propios trabajadores.

Ante este panorama la Presidenta habría evaluado no hacerse presente en la ciudad y postergar su visita para octubre, hasta tanto se resuelvan ciertos temas de importancia en esta empresa de tercera categoría (generadora de residuos contaminantes y peligrosos) ubicada en pleno centro de la ciudad, en una zona que es residencial pero como excepción se considera a un perímetro de pocas manzanas, como fabril.

La firma DuPont, en tanto, y que otrora se dedicara a las fibras sintéticas, no deja los procesos químicos –su fuerte– de lado, ya que actualmente es una de las líderes en el mercado de los agronegocios con su subsidiaria de transgénicos Piooner (cuyas semillas había comenzado a acopiar en el predio contaminado en cuestión, en 2006, no sin problemas con la justicia federal, que exigió su retiro) y con productos para el control de malezas como el glifosato y otros con nombres como “Misil” o “Autoridad”.