A través de un escrito titulado “Requiem por Jhonny”, desde el grupo “Por un Mercedes Pacífico”, cuyos integrantes sostienen en pie las marchas y reclamos por la muerte de José Darío Duarte mes a mes, dieron a conocer su parecer sobre este caso, de similares alternativas en algunos puntos, y con idéntico reclamo de justicia en el candelero. En tanto, y como se anunció, para este viernes a las 18 en la plaza San Martín hay una nueva convocatoria a la sociedad de parte de los familiares y amigos de Jonatan Villalba.

Desde “Por un Mercedes Pacífico”, el texto que se dio a conocer para su difusión es el siguiente:

Días pasados, cuando todo indicaba que podíamos congraciarnos con que el “Día de la Primavera” ya había pasado sin mayores sobresaltos, la muerte incomprensible de otro joven nos vino a dejar frío el corazón.

Johnny Villalba, un chico grande, un “gordo bueno”, un murguero de alma, como lo describen sus amigos, moría a manos de un grupo de jóvenes  en una feroz golpiza, cobarde, brutal, de la cuál su enorme cuerpo no pudo sobreponerse.

Y otra vez Mercedes era noticia en todo el país.

Y otra vez buscábamos explicaciones y porqués…  demandábamos respuestas en un clima de tensión y confusión masivo. Quizás como nunca, los fantasmas de otras muertes y asesinatos se abalanzaron sobre una sociedad que no termina de hallar el sosiego para reencontrarse consigo misma y con los valores que necesita recuperar para evitar más tragedias absurdas.

En este contexto, desde el Grupo “Por un Mercedes Pacífico”, queremos reflexionar sobre este difícil momento que estamos viviendo;
Es duro verse reflejado cotidianamente en los medios nacionales en luctuosos sucesos y constatar que ya nos endilgan una fama de ciudad violenta. Más allá de análisis apresurados e informaciones parciales y confusas, los medios de comunicación por momentos exacerban lo que queremos alejar: la rivalidad entre jóvenes y clases sociales. Queremos que difundan los hechos, pero en nada contribuye a la verdad y la justicia, mostrar un casi ajusticiamiento o involucrar a instituciones y jóvenes que vienen trabajando intensamente por promover la paz.

Tampoco sirve reafirmar una y otra vez que la Justicia no está trabajando en Mercedes. Esto sólo aumenta la ansiedad y la impotencia, condimentos de nuevos actos de violencia.

Recordemos las palabras de M.L. King; “un error no se convierte en verdad por más que todo el mundo lo crea”. Pero cuánto daño hace, podríamos agregar…

Sin embargo, debemos entender que los avances logrados y la lucha que se sostiene, tanto en los colegios, en el Municipio, los grupos que reclaman justicia, los jóvenes, las familias, los fiscales, no alcanzan para revertir en pocos meses muchos años de desatención y demasiados casos de impunidad ya establecidos.

Sino, no vendrían rápidamente a la boca la idea de “acá no pasa nada”, no asomarían tan rápido los resentimientos y frustraciones. Si todo estuviera como quisiéramos, nuestros pibes no festejarían los 21 separados los unos de los otros y cuidados por los mayores.

Si todo estuviera logrado, no habría tantos reclamos por el excesivo consumo de alcohol, por ejemplo, o  no veríamos a pibes de 13 años participar de  una muerte inconcebible.

No…  falta mucho trabajo todavía.

Y en este camino, creemos que hay que reafirmar algunas certezas;
“La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, Justicia, Amor y Libertad” nos decía el Papa Juan XXIII. En las dos primeras intervienen fuertemente las instituciones, en las otras dos, las familias.

Todas las víctimas nos duelen por igual, todos son jóvenes que deberían hoy estar entre nosotros. No debemos, ni podemos, acostumbrarnos a esta barbarie. Hay que participar, no ser indiferentes al dolor de nadie.
Las autoridades políticas y los dirigentes deben perseverar en medidas que protejan a los jóvenes y disminuyan las desigualdades. También entender si la gente se expresa con dureza, desde la bronca y el dolor de una pérdida irremediable. En nada contribuye avivar las polémicas.
Cuando estamos exasperados procuramos buscar un faro, una columna, dónde apoyarnos para no equivocarnos, para que el odio no nos gane el alma y la razón. Creemos, que en esta oportunidad fue Susana Iranzo, la mamá de Johnny, la que en todo momento, desde su entereza y la búsqueda de la verdad nos mostró el camino. No es nuevo,… igual fue la madre de Daniel Vidal hace unos años o más acá la de Darío Duarte. Si ellas reclaman justicia desde la paz, todos debemos seguir este ejemplo.

No hay otro camino que la No Violencia para lograr un mundo mejor. Un Mercedes mejor.

Si no, nos pasará lo que una vez predijo M. Gandhi; “Ojo por ojo y todos quedaremos ciegos”

Y eso no es lo queremos, menos que menos para nuestros hijos.

JOHNNY DESCANSA EN PAZ
 
VECINOS POR UN MERCEDES PACÍFICO