Este 27 de octubre de 2010 no pasará desapercibido para los argentinos y quedará en la historia, y no por el censo nacional justamente, sino por que ha muerto uno de los presidentes de la democracia moderna, y quizás el mejor presidente de esa democracia: Néstor Carlos Kirchner.

En lo personal, me tocó conocerlo allá por fines de octubre de 2001, cuando el país todavía no había tocado fondo, como fueron unos días después los hechos del 19 y 20 de diciembre de ese mismo año y el final anunciado de un gobierno democrático como el de De la Rúa.

Fue un simple café de la zona de congreso de Capital Federal, donde no éramos mas de seis personas, y uno de ellos era Néstor Kirchner que buscaba conectarse con jóvenes dirigentes de la provincia de Buenos Aires para comenzar a recorrerla y hacerse conocer para sumar voluntades a su proyecto presidencial que no era para el 2003, en ese momento, porque no se esperaba el final abrupto que después tuvo De la Rúa, sino que pensaba en el 2007, pretendía comenzar a posicionarse, hacerse conocido, en estas latitudes, ya que era un sureño, de una provincia chica, y que en esos momentos, la más conocida era su esposa, Cristina, sobre todo por la posición que había marcado en el debate de los hielos continentales, desde el Senado de la Nación.

Me quedará como una de sus frases en ese diálogo tan franco, simple y directo, que él expresó: “... vengo a caminar la provincia de Buenos Aires, como un militante más...”, y eso era Néstor Kirchner, un gran militante.

Luego tuvimos un segundo encuentro, en la casa de la provincia de Santa Cruz, un año después, acompañando a Carlos Selva, en ese momento pre candidato a intendente por Mercedes, donde nos pidió su apoyo para su candidatura a la Presidencia. Ya no estaba De la Rúa, se encontraba Duhalde en el poder, y había debido adelantar las elecciones por las muertes de Kosteki y Santillán en el puente Pueyrredón.

Ese día, se llevó el compromiso de Selva y el grupito, muy reducido, de mercedinos que acompañamos, de que le daríamos el apoyo a su candidatura a Presidente, en lo que fueron luego las elecciones del 27 de abril de 2003, donde saliera segundo con el 22 % y que ante la no presentación de Menem a la segunda vuelta, se proclamara Presidente de los argentinos.

Todavía hoy recuerdo con mucha emoción esa asunción del 25 de mayo de 2003, porque sentíamos los peronistas en particular, pero los argentinos en general, que era una nueva primavera que venia al país, era el retorno de la esperanza de que se concretaran las tres banderas históricas del peronismo: soberanía política, independencia económica y justicia social.

Fueron cuatro años de gestión como Presidente de Néstor Kirchner, donde hubo muchas realizaciones, donde ese ideal peronista parecía muy cercano de concretarse, la soberanía política, cuando nos sacamos de encima al FMI, por ejemplo, la independencia económica, cuando se fortaleció el peso y el Banco Central logró reservas suficientes como para sostener dicha independencia, y la justicia social, algo mucho mas difícil de concretar, pero que se encaminó hacia ello con la generación de empleo, el aumento de las jubilaciones mínimas, del salario mínimo vital y móvil, lo que permitió sacar a un gran número de argentinos de la pobreza y la indigencia, tarea aun inconclusa, pero que bajo su gestión se dio un gran paso en ese sentido.

Después vino otra historia, de la que en este recordatorio prefiero dejarlo para otros. Esta humilde reflexión sólo pretende recordar a un líder de comienzos de siglo XXI, que nos devolvió la esperanza a los argentinos aquel 25 de mayo de 2003, sobre todo a los más humildes, y que en el ejercicio del poder fue lo más parecido a lo mejor de Perón y Eva Perón, después de sesenta años.

El doctor David Héctor Valerga es concejal mandato cumplido y dirigente de la Co.Pe.Bo Mercedes