La falta de solución ante el reiterado inconveniente y la no conciencia con un serio problema como es el de la generación y disposición de residuos, sumado a una respuesta aparente a esto como es la utilización de volquetes, en Mercedes sigue mostrando escenas de tremendo patetismo y que se describen por sí solas en su peligrosidad, cuando como en un coctel fatal la vida y la muerte se dan la mano de terrible manera en una esquina. Y no es una metáfora en este caso.

En la calle 11 y 168, la esquina en que se ubican la escuela número 19 y el jardín 916, hay un contenedor o volquete que los vecinos de la zona usan como basurero. En algún momento era de uso exclusivo de la escuela, pero hoy es –como se ve en las fotos– un feo rejunte de ignorancia, miseria y desinterés vecinal.

Algunos padres se quejan, ambas directoras de los mencionados establecimientos educativos quieren erradicarlo por motivos de higiene, pero mientras el asunto no se resuelve, algún productor (¿?) desaprensivo soltó ahí su bidón de glifosato, peligroso herbicida que con sus venenos está trayendo durante su utilización normal combinada con otros tóxicos, cáncer y muerte en los campos.

No hay que ser muy inteligente para imaginar las consecuencias que puede tener esta dejadez y esta sinrazón en la salud de quienes pasan por el lugar, asisten a la escuela o juegan inocentemente en esa esquina de la zona rural de Mercedes.

En tanto, en volquetes de ese tipo se arroja sin control cualquier clase de desperdicio sin importar su peligrosidad. Luego estos son utilizados para rellenos en cavas o basurales.

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