El modelo sojero y minero que sostiene no sólo nuestra presidenta sino la mayoría en Sudamérica es una bomba de tiempo, es un modelo que excluye a los campesinos, destruye la cultura, destruye los bosques y produce el caos social que estamos observando.

Es necesario que la juventud que tiene tan buenas intenciones se dé cuenta de que este modelo es suicida. El modelo agroindustrial produce exclusión de las familias campesinas, que son desalojadas de sus campos con el uso de matones y de los poderes judiciales de las provincias, además de causar verdaderos desastres ecológicos con el uso del glifosato y los desmontes, factores a los que el actual Poder Ejecutivo pretende ignorar.

Lo mismo ocurre con la minería, a la que la presidenta bendijo hace pocos días queriéndonos hacer creer que la actividad minera no implica peligro siendo que utiliza millones de litros de agua pura y cianuro, destruye glaciares, etcétera. Parece que se quedaron en el 45, hoy es necesario cuidar a la Madre Tierra, ya se están viendo sequías, inundaciones, deshielos, incendio de bosques, olas de frío, de calor. ¿Precisamos más pruebas?

Es necesario repartir las tierras, pequeñas parcelas donde la gente pueda producir sus alimentos, dejar de amontonarse en las villas miserias, y producir alimentos con la consiguiente reducción de precios que significaría.

Basta de pooles de siembras y enriquecimiento de los sojeros, que destruyen la cultura de los pueblos.

* Mario Battista es músico, e integrante de la Asamblea Ambiental de Mercedes.

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