Este jueves 24 de marzo en la plaza San Martín de Mercedes y con un marco de público pocas veces visto en este tipo de actos se desarrolló un homenaje a las víctimas de la dictadura militar en la ciudad, con varias actividades que incluyeron una muestra de postales, discos prohibidos por el gobierno de facto, música en vivo, narraciones y lecturas alusivas. El acto, de carácter oficial, fue organizado por la Comisión Municipal por la Memoria, y sirvió para compartir un momento de reflexión comunitaria en el “Día de la Memoria”.

Cerca de las 11 todo comenzó en la Plaza, también ante escolares con sus delegaciones y banderas y los integrantes del Festival de Teatro Independiente que se está realizando en Mercedes, con Lito Cruz a la cabeza. Por lo demás, funcionarios municipales, entre ellos el intendente Carlos Selva, y familiares de detenidos y desaparecidos, e integrantes de la Comisión Por la Memoria, junto a público en general en gran presencia, completaron el panorama de los partícipes.

Entre las actividades de índole cultural conexas en el acto, Octavio Fiorelli mostró postales alusivas en paneles; Enrique Fauri expuso discos prohibidos por la dictadura en un llamativo stands; la música estuvo a cargo de Florencia Chena y Jonatan Alvarado, quienes interpretaron una aplaudida versión de “La Carta”, canción de la chilena Violeta Parra; mientras que a su término la narradora Silvia De Césare llamó la atención de todos junto al guitarrista Rodrigo Acctis, y un texto llamado “Kilómetro 11”.

La conducción estuvo a cargo de Carlos Russo, y uno de los puntos centrales del acto fue la lectura por parte de Mabel Riveiro de un documento alusivo escrito por Mariano Goicochea, su sobrino, quien es uno de los hijos de desaparecidos de la ciudad.

En el mismo, a 35 años del último Golpe de Estado, se remarcó “que es una buena oportunidad para reflexionar acerca de la memoria colectiva e individual”, desactivando vínculos con el “revanchismo”: “Se ha convertido en un lugar común que la práctica y el ejercicio de la memoria es una especie de ataque del pasado, sin embargo la práctica de la memoria se ha caracterizado por mantenerse al margen del espíritu de venganza”, sosteniendo que “el proceso de justicia en marcha no debe cancelarse por ninguna razón”, por lo que “es imperioso conocer el destino de Julio López y castigar a los responsables de su desaparición”.

“El terrorismo de Estado no se limitó a la criminal intervención militar, sino que contó con el apoyo decisivo de sectores empresarios, políticos, judiciales, eclesiásticos, que lograron de este modo garantizar y proteger sus intereses”, se marcó. “Si la memoria no se relaciona se agota en sí misma y se rebaja en melancolía”, se agregó y se destacó el hecho de que los jóvenes “vuelvan a creer en la política”, exigiendo “la aparición de Luciano Arruga y el castigo a los autores materiales e intelectuales de los crímenes de Kosteki y Santillán y Mariano Ferreyra”, entre otros puntos.

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