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03/04/11 La renovación democrática de las representaciones públicas implica siempre un motivo de alegría, porque pone en cabeza del pueblo el ejercicio más pleno de los derechos ciudadanos a través del voto. Así es como nos plantamos frente a la apertura del proceso electoral que culminará con la elección nacional del mes de octubre. Con ese mismo espíritu encaramos la construcción de un frente progresista que se constituya frente al oficialismo, como una verdadera alternativa para profundizar y mejorar la calidad del debate, de la competencia y de la democracia. Que alcance los espacios de poder real para plasmar desde la gestión un verdadero proyecto emancipador de la Argentina. La elección se convierte, por tanto, en una extraordinaria oportunidad que estamos dispuestos a asumir con compromiso y responsabilidad, para honrar a todos aquellos que escribieron nuestra historia con su ejemplo. América Latina es el continente más desigual del planeta. Argentina replica esa desigualdad a lo largo y ancho de todo su territorio. Grupos minoritarios que aprovechan de la renta general en contraposición con la mayoría del pueblo acosada por conflictos irresueltos que se agravan por la falta o la ineficacia de políticas públicas. Entre los primeros, cuadros dirigenciales de la política, el empresariado o el sindicalismo que amasan fortunas injustificables poniendo un pesado manto de sospecha a ese círculo de relaciones que el propio estado convalida. Del otro lado, los sectores medios y más pobres, encuentran serias dificultades y restricciones para su pleno desarrollo, y padecen de manera directa las consecuencias de la inflación y la inseguridad. Nuestra Nación cuenta con extraordinarios recursos naturales, materiales y humanos, que nos abren la posibilidad de una inserción mundial en las mejores condiciones para avanzar en un camino de mayor equidad distributiva, mediante el acceso al conocimiento y al empleo de calidad. Sin embargo, un contexto local de crispación e incertidumbre, de pobreza y resignación, de atropello a las libertades públicas y una corrupción estructural en distintos ámbitos del gobierno, afectan nuestro futuro inmediato y nos ponen en el deber de constituir una alternativa política nacional, amplia, de base programática y progresista y dispuesta a un fuerte cambio ético y cultural. Estas urgencias que se mezclan con la apertura del proceso electoral, nos llevan a afirmar que la responsabilidad de las organizaciones políticas y sociales que sostienen un modelo de cambio hacia la igualdad y el desarrollo, es deponer cualquier interés por legítimo que parezca si está basado en proyectos personales o sectoriales, para conformar una Mesa frentista, que tenga capacidad de frenar los abusos del poder y demostrar su propia capacidad de gobernar la Argentina. Para eso hay que comenzar con la adopción de algunos lineamientos programáticos cuya enumeración no taxativa, asegure: 1. El compromiso por una nación libre y soberana, que materialice el progreso social y colectivo, a través de la recuperación de la política y del estado, de instituciones democráticas, equidad fiscal, federalismo cooperativo y distribución de la riqueza, en el marco de la diversidad y la igualdad de oportunidades. 2. La integración regional en lo político, económico, social y cultural, para alcanzar una democracia global eficaz en la lucha contra la pobreza, la exclusión y la preservación de los recursos alimentarios, naturales y energéticos. 3. La promoción del desarrollo económico, a través de un industrialismo incluyente y sustentable, basado en las innovaciones tecnológicas, con capacidad para generar un nuevo sujeto social y cultural, para contar con una economía competitiva en la creación de empleo digno, protección de los trabajadores y trabajadoras y del conjunto de sus derechos reconocidos constitucionalmente, incluyendo el derecho de información y participación en las empresas y su libre agremiación. 4. La transferencia de ingresos sin condiciones para aquellos que no pueden ni deben insertarse en el mercado de trabajo: los ancianos por haber ya participado en él, y los niños por estar preparándose para ello. Y la prestación de todos los servicios sociales públicamente financiados en condiciones de igualdad. 5. La promoción de un servicio universal de salud para todas las personas, en todos los niveles de atención y complejidad y en todo el territorio de la nación; además de la provisión de agua potable, redes de saneamiento básico, vivienda, transporte y alimentación. Y la existencia de un medio ambiente sano y sustentable, combatiendo los riesgos de la contaminación en todas sus manifestaciones, la preservación y uso racional de los recursos naturales, bajo la gestión y tutela estatal. 6. La recuperación de la cultura como base de la convivencia y de la identidad; y una educación de calidad, en todos sus niveles, y el acceso a la información y a la sociedad del conocimiento, al arte y a la ciencia, para la formación de ciudadanos y ciudadanas libres, con capacidad reflexiva y crítica; y como parte de un proceso de empoderamiento social y colectivo. 7. La garantía del ejercicio pleno, universal y operativo de los derechos fundamentales a todas las personas, la equidad y perspectiva de género, la participación popular, las conductas éticas y el funcionamiento eficaz y transparente del estado democrático y republicano, y la existencia de una justicia independiente, control sobre el poder y obligación de rendición de cuentas de quienes cumplen funciones públicas. 8. La seguridad integral, individual y colectiva, como un derecho propio de la ciudadanía a partir de la protección del estado y las certezas que éste le brinde respecto de su presente y su futuro, sobre su vida personal, su libertad individual, su familia, sus bienes y contexto social. Y el compromiso público de lucha contra la violencia, la impunidad y el crimen organizado. 9. El respeto a la diversidad cultural, a las minorías sociales, a las personas con capacidades diferentes, a los migrantes, a los pueblos originarios, a los usuarios y consumidores; y la promoción de la innovación y la cooperación como instrumentos centrales de cohesión y disminución de las brechas sociales que hoy afectan a la población. 10. Un mayor protagonismo para los jóvenes, como parte activa de este nuevo modelo de sociedad global y multicultural que debe brindarles todas las posibilidades de crecimiento y desarrollo con inclusión, también en clave de género, para su plena libertad y emancipación. La elección primaria, abierta, simultánea y obligatoria fijada para el 14 de agosto es incierta, tramposa, inútil y sin reglas. Es un traje a medida de las conveniencias del oficialismo, pensada como una maniobra de distracción para que el kirchnerismo termine de disciplinar a su tropa o de diseñar su arquitectura de colectoras para habilitar a cualquiera. Y mucho menos la fecha puede servir para dirimir candidaturas de los partidos, ya que si se concretara solo servirá para consolidar la coalición nacional, sus integrantes, límites y programas. Experiencias como las de Brasil, Uruguay o el Frente Progresista de la Provincia de Santa Fe, bien podrían ser inspiradoras de una nueva propuesta para la Argentina, por la amplitud, grandeza y vocación de poder con que aquellas fueron diseñadas, por el triunfo conquistado y por su capacidad de gestión comprobada. Necesitamos además comprender la enorme incidencia que tendrán las elecciones distritales que se lleven a cabo antes de la nacional, por lo cual hay que hacer allí todos los esfuerzos para asegurar la consolidación del poder territorial de las fuerzas progresistas en Córdoba, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires, como base fundamental para el triunfo en el país. Hacemos una convocatoria amplia para discutir, sin candidaturas antedatadas, un proyecto de país, basado en un conjunto de principios programáticos que sean la base de un Frente Nacional que se haga cargo de la transformación de las estructuras injustas, para asegurar la paz y la felicidad al conjunto del pueblo. Impulsamos, como muchas ciudadanas y ciudadanos, la reunión de una mesa de diálogo de los sectores que reivindiquen una identidad ideológica común y progresista, que exprese no solo a los partidos políticos sino también a una sociedad independiente, que exhiba trayectorias honorables en lo individual y en lo colectivo, y se comprometa con un programa de gobierno que trascienda la coyuntura electoral y asegure una gestión reformadora en el plano nacional y que también pueda ser replicado en provincias y municipios. En este sentido, el programa debe ser la base de un acuerdo que excluye a las expresiones políticas de la derecha con quienes sostenemos profundas discrepancias en el proyecto de país por el que militamos. El gobierno muestra en este punto, otras de las contradicciones que caracterizan la gestión y el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, que cierra en las provincias acuerdos conservadores de negocios e impunidad. Rechazamos todos los intentos de rompimiento del sistema institucional y la falta de reglas de juego electoral, así como la perpetuación en el poder, como extraña a la alternancia democrática. Y por tal motivo rechazamos enérgicamente la maniobra del Gobernador José Luis Gioja para manipular la Constitución Provincial y habilitar su reelección indefinida, y exigimos el pronunciamiento de la Presidenta de la Nación, avalando o condenando la pretensión. En la elección de octubre no se juegan proyectos ni aspiraciones personales. Se define el futuro de la Argentina y eso obliga a comportamientos y actitudes de grandeza y patriotismo. Asumimos el desafío y la responsabilidad de trabajar por una nueva agenda de país compartida, la recuperación de la confianza y el renacer de una esperanza, hacia un futuro con justicia y dignidad.
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Noticiasmercedinas.com - Actualizado 03.04.11 10:47 PM |
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