Por Ariel Musante. La misión que tenía Quilmes era difícil: ganar por 24 o más de diferencia, sumar 76 puntos y que Argentino no supere los 52, para poder acceder a la final frente a San Lorenzo de Chivilcoy. Lo de Argentino era más simple. Con ganar le alcanzaba. Pero no pasaron ninguna de esas cosas. Quilmes derrotó 73 a 70 al conjunto chivilcoyano y dejó en la final al tercero en discordia de este entuerto, Colón.

El conjunto de Lucas Tessore venía de una racha negativa frente al blanquinegro. El partido de este año lo perdió, las tres finales del año pasado también y el último encuentro de la fase regular también había sido victoria chivilcoyana, por lo que, al menos, con la victoria, se sacaron la espina.

El partido fue durísimo. Los dos equipos se pegaron parejo y se vivieron momentos de mucho nerviosismo. Uno de ellos fue cuando Nicolás Dinova reaccionó ante un golpe que recibió su hermano, Francisco, luego de chocar con Castelao en una bandeja sobre el aro que da a la avenida 17.

Sobraron las faltas técnicas. Quilmes recibió 2 y fueron cuatro puntos en contra convertidos por el rival, que erró pocos tiros libres y lo tuvo a Aiello, que no entró en el quinteto titular, pero dijo presente antes del final del primer cuarto y en la primera que tocó metió un triple, en la segunda un doble y en la primera que tuvo en el segundo cuarto, otro triple. Menos mal que estaba lesionado.

Quilmes empezó bien, al punto de estar en poco tiempo 9 a 4 arriba en el marcador, pero el apresuramiento por sumar puntos rápido produjo innumerables equivocaciones en ataque y en poco tiempo estaba 11 a 9 abajo. Siguió perdiendo el partido hasta poder empatarlo en 25 en el segundo cuarto para luego irse 37 a 36 arriba en el entretiempo.

En el segundo cuarto Quilmes tenía la obligación de frenar al rival, de congelarlo. Pero lejos de eso, tuvo muchos errores en defensa que minuto a minuto lo fueron alejando de la hazaña, pero no de la victoria. Sólo dos puntos le sacó de diferencia en el tercer cuarto, que finalizó 19 a 17 para dejar el marcador 56 a 53.

De acuerdo al pronóstico, el tramo final tenía que terminar 22 a 0, algo que no ocurre ni en categoría Mini. Quilmes había dilapidado sus chances de final frente a San Lorenzo, pero no de arruinarle la noche a su rival, es por eso que con más amor propio que básquet y mucha desorganización, se llevó puesto a su rival que llegó a Mercedes con las bajas de Braian Standford y de Carmelo, pero con un Aiello en un 50 por ciento que alcanzó para complicar mucho.

Lo cierto es que el partido fue punto a punto, como durante los 30 minutos restantes. La paridad entre ambos equipos fue tal que en un sólo momento Argentino estuvo arriba por 6 y luego en el último cuarto Quilmes lo hizo por 8, cuando parecía que el sueño se podía hacer realidad. No se pudo, pero el partido se terminó festejando como una victoria de campeón.

Ahora la final la jugarán Colón y San Lorenzo, tal cual fue en el primer torneo del año pasado, cuando el Cuervo salió campeón. Quilmes, por su parte, quedará con la satisfacción de haber peleado un torneo hasta la última fecha de su etapa regular.