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28/06/11 La encuesta es un instrumento de recolección de información que es utilizado por el investigador social para elaborar datos que corroboren o rechacen la hipótesis con la cual trabaja y que pretende verificar. Como vemos es más que completar con cruces una extensa planilla llena de preguntas y opciones. No obstante, aún cuando es también utilizado exclusivamente para averiguar la opinión de la población sobre ciertos temas, no deja de estar sometida a los mismos requisitos de calidad que cuando es empleada como instrumento en una investigación científica. Por ello encuestas válidas y fiables no hace cualquiera, sino el que sabe. Pero, ¿qué entendemos por calidad de una encuesta? ¿Cuándo una encuesta cumple con los criterios de calidad? Para dar respuesta a esta sencilla pero crucial pregunta, sobre todo en estos tiempos electorales donde la proliferación de encuestas hace que pongamos en duda su validez ya que muchas veces no buscan la verdad sino que son utilizadas como un instrumento de campaña política, nos remitiremos a las palabras de María de los Angeles Cea D’ Ancona, reconocida mundialmente por sus trabajos sobre metodología de la investigación científica. La autora enumera en su artículo “La senda tortuosa de la 'calidad' de la encuesta” publicado en la revista REIS en el año 2005, varias causas de errores posibles, de las que enumeraremos sólo algunas:
Dentro del error muestral están contemplados los errores que devienen de la forma en que se seleccionan a los entrevistados, si responde a una muestra probabilística o no; si fueron seleccionados respetando una cuota que permita la representatividad por edad y género mínimamente o no contemplen estas variables; que todos hayan tenido la posibilidad de ser elegidos para ser entrevistados o por la distribución de los encuestadores sólo se acerquen a un aparte de la población (la clásica puerta del supermercado); y por último el mecanismo que se utilizará en la aproximación al encuestado como por ejemplo la realización de la misma vía telefónica. Esta manera, la encuesta telefónica, introduce en la muestra un sesgo muy fuerte, ya que excluye de entrada a todos los que no tienen teléfono dentro del universo muestral. Hay que comprender que actualmente nuestra sociedad se caracteriza por un fuerte incremento de la telefonía celular más que de la telefonía tradicional, con lo cual el sesgo que se produciría de no encuestar también a las personas vía celular sería muy importante, y la encuesta perdería validez. Pero además hay otro tipo de “fallos” que podríamos denominar intencionales. Estos ocurren cuando no se respetan, deliberadamente, las condiciones mínimas necesarias para la elaboración de una pregunta y la opción en sus respuestas. Es sabido, hasta por el estudiante de metodología de la investigación, que toda pregunta cerrada que no dé opciones exhaustivas debe dejar la posibilidad al encuestado de elegir otro, y es absolutamente inadmisible que frente al requerimiento de elegir otra opción, esta le sea negada por el encuestador. Esto es más que ignorancia, esto es mala intención. Esto es hacer propaganda política, no una encuesta seria. Lo narrado anteriormente es la descripción de una encuesta telefónica que se está realizando en nuestros días en la ciudad y que no sólo omite, sino que prohíbe a los entrevistados elegir como opción a José Cestari como intendente en las próximas elecciones.
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Noticiasmercedinas.com - Actualizado 28.06.11 4:48 PM |
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