Un panorama de ramas por montones producto de podas amontonadas en la entrada del parque municipal nuevo, junto al río Luján, no ha hecho más que motivar el arrojo de basura por doquier en la zona, que ya de por si es castigada constantemente ante el paso de los camiones que van hacia el basural a cielo abierto de La Florida.

Dar el destino de estas ramas de poda en una ubicación bastante poco estética y con dudosos fines prácticos junto al río Luján (conocido como "Sehuyén" por los habitantes originarios de estas tierras) es una preocupación que no parece aquejar a nadie en la comuna, ya que se ha tapado buena parte de la ribera en proximidades de la mismísima Pulpería de Cacho Di Catarina, uno de los iconos del miniturismo local.

Pero lo llamativo es cómo al haber ramas enseguida se armó un mini basural más, que se suma a los muchos existentes en el partido de Mercedes, en un lugar que debería ser cuidado con esmero más que abandonado a su suerte.

De esta manera el respeto por la naturaleza y el cuidado de los recursos que esta le proporciona al hombre, así como también la protección a los paisajes que la ciudad posee, una vez más dicen ausente en la política del Estado.

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