En nota reciente señalaba algunas de las propuestas que el Frente Popular tiene incorporadas en su programa respecto a cuestiones medioambientales e intentaré aproximarme a una en particular: el tránsito vehicular y su incidencia en la calidad de vida en general.

Corrientemente vemos, observamos y no nos detenemos en el análisis, por ejemplo, de los ruidos altisonantes que producen algunos automotores con sus caños de escapes libres o las emanaciones que proyectan sin que nadie –pese a la existencia de normas regulatorias en cuanto a sonoridad y gases expulsados– alce su voz en auto-defensa o los ponga de relieve ante la opinión pública.

Está, también, el incumplimiento y la arraigada cultura del quebranto de las reglas de tránsito que en muchas de las veces terminan ocasionando lesiones y lamentadas pérdidas de vidas humanas en las calles mercedinas. Los números asustan, y veamos.

El recordado informe realizado sobre el tránsito en Mercedes en el Noticiero de Cablevisión del año pasado y confirmando el aproximado número de accidentes diarios por parte del director del Hospital Dubarry, Rodolfo Príncipi, ascendía para entonces a un total de siete, cinco de los cuales atendidos en dicho nosocomio y dos en la Clínica de las Mercedes.
 
El facultativo agregaba que “no hace mucho tiempo hablábamos de dos accidentes diarios. Ha aumentado mucha la cantidad y la violencia de los hechos dentro del casco urbano, y eso llama la atención”.

Los accidentes con vehículos y motos –decía el Príncipi– ocupan en Mercedes el tercer lugar entre las preocupaciones médicas: primero las enfermedades cardiovasculares, le siguen las oncológicas y cerrando el tercero, los accidentes (tal cual lo refleja el Semanario Protagonistas, edición 12/VII/2010, página 7)

No se trata sólo de números que de por sí asustan y estremecen, sino de la insuficiente prevención de la calidad de vida, tanto por parte del Estado como de cada uno de sus habitantes.

Salvo fortuitas circunstancias, los accidentes son evitables en la medida del estricto cumplimiento de las normas, como de la seguridad que cada uno asuma para su protección. La falta del uso del casco en los motociclistas y cuatriciclos es un factor de riesgo que personalmente asume; conducir cualquier tipo de rodado y al mismo tiempo hacer uso del celular, en vez de detenerse y ubicarse junto al cordón del la vereda por breves instantes, o no ceder el paso al peatón en las esquinas se expone y expone a terceros a un probable accidente.

Como no es nuestra intención poner voces de alerta o meras denuncias, sino contribuir al mejoramiento de la calidad de vida, tenemos previsto desarrollar un programa que ilustre con charlas, muestras gráficas, estadísticas, etcétera, comenzando con los más pequeños, sumando cursos de “concientización” para mayores, y acudiendo en ayuda a las ONG para que mancomunadamente resulte posible reducir siniestros y para dejar de lamentar víctimas.

Desde el Estado todo ello será minimizado si como ciudadanos y vecinos no actuamos con responsabilidad y conciencia para con el prójimo y consigo mismo.

* Alejandro Molle es candidato a Concejal en primer término por la lista 132, Frente Popular.