Son muy pocas las ocasiones en las que podemos vivir un acontecimiento trascendente de la historia de nuestro país. Y afortunadamente, en la actualidad, los argentinos estamos transitando una época que quedará grabada en la memoria nacional y será comentada por las futuras generaciones, un momento histórico de transformación del país, de crecimiento y de inclusión social impensado años atrás.

Y hoy entramos a una semana de campaña que concluirá en las elecciones del 23 de Octubre. Este camino a transitar merece una reflexión, porque hay que ser concientes de que el rumbo emprendido en 2003 no tiene parámetro comparativo con ningún otro ocurrido en el tiempo histórico que va desde la recuperación de la democracia hasta el presente.

Esta etapa transformadora se hace visible por diversos motivos. Porque después de salir de la gran crisis de 2001, hoy la Argentina es considerada como el ejemplo a seguir, como el modelo que pone en evidencia los beneficios de optar por la estrategia propia.

Porque además, los jóvenes se lanzaron al ruedo de la militancia y la responsabilidad pública y social. Y también, porque el kirchnerismo recuperó para el país la convicción y la coherencia: las mismas banderas que se levantaron hace 8 años son las que se izan hoy y se defienden con principios y datos concretos.

Hacia el futuro hay algunas certezas palpables: en medio de un mundo que no puede pagar lo que debe y se hunde en la incertidumbre, la Argentina es conducida por Cristina Fernández de Kirchner hacia su última y definitiva etapa de desendeudamiento. El modelo de crecimiento con inclusión social demostró ser resistente a los vaivenes de la economía mundial.

En este contexto, el 23 de octubre se convertirá en un nuevo hito en la historia de nuestra Argentina: seguramente la gente dará un respaldo muy fuerte al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Y todo este proceso de cambio que estamos viviendo quedará grabado en la memoria colectiva por siempre, como una etapa única, que le está devolviendo la dignidad, la confianza y la esperanza a millones de argentinos.

Y en nuestro distrito tenemos que seguir con la misma línea, articulando acciones política y social con la nación y la provincia para el desarrollo de nuestra ciudad.

Como así también pienso que la construcción tiene que ser colectiva, con discusión política, con ideas y con una visión crítica, pero esto se da con discusión interna, para el mejoramiento del mismo. 

No podemos caer en los mismos errores que nos estuvieron sucediendo, hasta hoy, es por eso que pienso que hay que empezar a discutir desde ahora hacia dónde vamos y por donde vamos. Sé que no es fácil conformar a todos, pero es fundamental el cambio de rumbo para la ciudad, con mayor integración social, fortalecer  y apoyar a la cultura, desde lo práctico hasta lo ideológico, ya que la cultura es la medula de un pueblo.

Tenemos una gran oportunidad todos los mercedinos de transformar a la ciudad, pero para llevar adelante esta transformación se necesita de todos los actores y sectores de la sociedad. Sin egoísmos y sin proyectos personales entre todos lograremos las metas que el Frente Mercedino para la Victoria viene desarrollando.

Por eso hay que apoyar esta nueva gesta que se nos presenta y que no la podemos desaprovechar con humildad, trabajo y compromiso.

Que el próximo domingo 23 sea una fiesta para todos los argentinos y sobre todo para los mercedinos. Acudamos todos a este acto de la democracia, con respeto, con alegría de tener una vez más la oportunidad de elegir a libremente a nuestros futuros representantes.

Con Cristina y con Juani todos juntos lograremos el tan deseado cambio.