La mercedina Carolina Miño es doctora del Programa de Posgrado en Genética Evolutiva y Biología Molecular de la Universidad Federal de São Carlos (Brasil), y fue premiada en el IX Congreso de Ornitología Neotropical, en Cusco, Perú, por estudios que abordan la biología reproductiva y los padrones de parentesco genético de aves acuáticas presentes en el territorio brasileiro, donde reside.
Tras recibir este importante premio en el marco de su carrera académica, dialogó con NOTICIASMERCEDINAS.COM. En principio contó cómo se compone su familia aquí y allá. “Mi familia está compuesta por mis padres, Hugo e Isabel, mis hermanos Manuel y Rocío y mi abuela, Irma, que viven en Mercedes. Mi compañero, Sergio, vive actualmente en Capital Federal. Acá en Brasil no tengo familia biológica, pero sí amigos y familia ‘del corazón’. Mi papá es Profesor de Historia y mi mamá Asistente Social, pero ejercieron muy poco y actualmente tienen un comercio de ropa, muy lindo y con el que por suerte les va muy bien; mi hermano es músico y carpintero y mi hermana es estudiante de Letras. Mi compañero es Licenciado y Profesor de Letras y actualmente está terminando su Maestría en Semiótica Discursiva. Mi abuela es ama de casa”, contó esta mercedina de 32 años, que es Licenciada en Genética por la Universidad Nacional de Misiones – UNaM (egresó en 2003), Magíster en Genética y Evolución y Doctora en Ciencias (con énfasis en Genética y Evolución) por la Universidade Federal de São Carlos –UFSCar, Brasil (2006 y 2010, respectivamente). Desde noviembre de 2010 se desempeño como Becaria Posdoctoral de Investigación, en el Departamento de Genética y Evolución de la UFSCar.
Carolina haciendo trabajo de laboratorio
Entre las cosas que contó sobre su vida no académico-científica, Carolina quiso resaltar que forma parte de la “Asociación Cultural y Deportiva Grupo Cativerio de Capoeira”, en la cual hacen actividades relacionadas con la Capoeira, una “expresión corporal-danza-deporte”, que es una manifestación cultural afro-brasileña ligada a la esclavitud. “También soy adicta a la radio como medio de comunicación, por lo cual he participado como invitada en algunos programas de la radio de la universidad en la que trabajo (Rádio UFSCar), y también durante mis épocas de estudiante de grado (en la FM Universidad Nacional de Misiones). También me gusta mucho la ‘divulgación científica’, por lo cual estoy pensando en hacer, en 2012, un curso relacionado a esa área y además tengo formación especializada en Derechos Humanos, particularmente en DDHH y Medioambiente, he realizado cursos de extensión universitaria sobre esos temas, promovidos por el gobierno brasileño”, dijo y destacó que casualmente hoy 10 de diciembre se celebra la firma de la primera Declaración Universal de los Derechos Humanos. “Me encanta andar en bicicleta, lo hago desde que tengo uso de razón, gracias a mis viejos, y uso ese medio para transporte diario; además, participo siempre que puedo de las actividades del grupo “Ciclismo São Carlos”, que promueve la sustentabilidad en la movilidad”, agregó.
– ¿Cuánto hace que estás viviendo en el Brasil, en qué ciudad, y cómo fue que decidiste irte?
Llegué a São Carlos (ciudad situada a 300 kilómetros de la ciudad capital del Estado de São Paulo) en 2004 para hacer mi Maestría. La decisión de venirme fue de “último momento”, pues cuando estaba por terminar mi carrera en Posadas (Misiones), en julio de 2003, empecé a buscar oportunidades de posgrado en el exterior. Inglaterra era una posibilidad bastante concreta, ya que había sido admitida en la University of Sheffield, pero finalmente no salió ninguna beca de estudios, con lo cual en ese momento (crisis económica pos 2001 en Argentina), me resultaba imposible ir a estudiar a ese país. En 2002 yo había pasado unos meses en España, con beca del gobierno español, haciendo docencia e investigación en la Universidad de Oviedo (Asturias) y allí había conocido a un brasileño, que finalmente fue quién me alertó (vía MSN) de las becas del gobierno del Brasil para estudiantes de posgrado. Una madrugada, navegando por internet desde la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la UNaM, encontré algunas líneas de investigación que me interesaban, y dos de ellas se desarrollaban en la UFSCar, por lo que decidí escribirle a los investigadores responsables y preguntar sobre posibilidades de beca de posgrado. Los contactos fueron positivos y dos profesores (mi actual supervisor de Posdoctorado y la que fue mi directora de Tesis de Maestría y Doctorado) me respondieron que tenían interés en recibir un alumno de Maestría, así que me estimulaban a inscribirme y realizar el examen de selección por el cual pasan todos los aspirantes a alumnos de posgrado. Pasé los últimos meses del 2.003 entre la escrita de mi Tesis de Licenciatura y el estudio para el examen de ingreso a la Maestría (del cual no tenía ni idea de cómo iba a ser). El 27 de noviembre de ese año defendí mi Tesina y el 2 de diciembre ya estaba arriba de un colectivo, rumbo a São Carlos, en Brasil. Conocí personalmente a los profesores, realicé el examen y me volví a Posadas a esperar el resultado. A la semana de aquello la profesora que luego me dirigió por 6 años, me avisó que había quedado primera en la lista de aprobados en el ingreso, con lo cual estaba garantizada mi beca de posgrado. A partir de ahí todo fue muy rápido, la mudanza de Posadas, en donde había vivido 7 años, a Mercedes, en donde vive mi familia, y el viaje a São Carlos en febrero de 2004.
Con sus hermanos y sus padres en Mercedes, durante la Navidad de 2010
– ¿Qué trabajo estás haciendo actualmente como bióloga?
Mi formación, en realidad, es como Genetista, pero en 2010 Brasil me reconoció mi título de Licenciatura, con lo cual soy “Bióloga con énfasis en Genética Molecular” por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul – UFRGS. Como genetista-bióloga, me dedico a la Genética de la Conservación, que es la aplicación de las herramientas teórico-prácticas de la genética molecular y de poblaciones a la conservación de la biodiversidad. La importancia de dicho trabajo radica en que, como todos sabemos, lamentablemente el avance del sistema capitalista y de consumo indiscriminado está favoreciendo políticas públicas y actividades técnico-industriales que tienen como base metodologías extractivas, de gran impacto negativo en el medioambiente, en los recursos naturales y humanos, y generando un desequilibro generalizado en la armonía de la naturaleza. Por ello, los biólogos de la conservación tratamos de aportar elementos que sirvan de ayuda para el diseño de políticas públicas, planes y programas de conservación de la biodiversidad, en sus varios niveles. Yo específicamente lidio con el nivel más básico (pero esencial) de esa diversidad, que es el ADN. En este momento estudio la “salud genética” de poblaciones de vertebrados e invertebrados animales, para determinar los niveles de diversidad genética, cómo se distribuye esa diversidad en las poblaciones, cómo es la relación de parentesco genético entre los individuos en las poblaciones, si esas poblaciones intercambian o no material genético, si están aisladas, cuáles fueron los procesos demográficos por los que pasaron (si hubo o no crecimiento poblacional, o retracción, etcétera). También estudio aspectos del comportamiento reproductivo, que no son visibles en la naturaleza, pero que tienen consecuencias a nivel genético, y que son importantes para determinar cómo la diversidad genética va a pasar de una generación a la siguiente y cuántos son los individuos que efectivamente se reproducen en una determinada población. Lo que nos interesa saber, en general, a los genetistas de la conservación es cuál es la base que tiene una determinada población para poder adaptarse a los cambios en su ambiente, es decir, qué cantidad de diversidad genética tienen para que la Selección Natural pueda actuar sobre ella y generar adaptación.
– ¿Cómo recibís este reconocimiento en el congreso de Ornitologia Neotropical en Cusco?
El premio fue muy importante para mí porque, por un lado, fue el reconocimiento de mi trabajo por parte de una comunidad de excelentes investigadores internacionales, lo cual como científica me genera mucha satisfacción; y, por otro, porque le da mucha visibilidad a lo que hacemos en la UFSCar y a los aportes de la genética a la conservación de la biodiversidad y al estudio de aspectos básicos de la biología de los organismos.
– ¿Qué imagen tenés de la ciudad de Mercedes desde la distancia?
Creo que la ciudad de Mercedes tiene un gran potencial para avanzar en varios aspectos relacionados con la conservación de la biodiversidad y del medioambiente, pero lamentablemente veo (y creo no confundirme) poca voluntad política para desarrollar programas de educación ambiental y preservación en general. En la ciudad brasileña en la que vivo, además de hacer lo que comenté anteriormente, trabajo bastante con educación ambiental, y ayudé a pensar y darle forma al Programa Municipal de Educación Ambiental, un programa que orienta las actividades de EA en la ciudad, pero además establece directivas sobre políticas de manejo integral de residuos sólidos en toda la ciudad, generación de renta a través de economía solidaria y reciclado, monitoreo participativo de cuestiones relacionadas con el medioambiente, eventos educativos, trabajo con comunidades locales, etcétera. Creo realmente que Mercedes, en breve, tendrá que ponerse a pensar en desarrollar un programa como ése, pues no podemos seguir “esquivándole el bulto” a esas cuestiones importantísimas, y de base, para acompañar el desarrollo económico con armonía y equilibrio. También creo que la Educación Ambiental debería ser pensada, por los dirigentes políticos mercedinos y por toda la sociedad, como parte fundamental del desarrollo social al que tanto aspiramos los ciudadanos.
Carolina y Sergio en Parque Centenario