Proyecto Sur Mercedes también se pronunció contra la extracción minera a cielo abierto en Famatina y Chilecito, provincia de La Rioja. Lo hizo mediante un comunicado de prensa, en estos términos:
“Por estos días, la consigna “el agua vale más que el oro” flamea en distintos lugares de nuestro país, y es expresión de la lucha, iniciada hace tiempo, en defensa de nuestros recursos naturales. Los asambleístas de Gualeguaychú, el pueblo de Andalgalá, y hoy los ciudadanos de El Famatina alzan sus voces en defensa del ambiente y de nuestros bienes naturales.
“Buena parte del país padece una gravísima sequia. Falta agua, el recurso insustituible para la naturaleza y la vida. Los ríos de llanura no tienen el caudal de antes, las lagunas se reducen. Como consecuencia del calentamiento global, nuestros glaciares se han reducido un 30% y son la principal fuente de agua potable. En este delicado escenario, se sigue permitiendo la megaminería a cielo abierto. Se trata de una minería bélica por sus métodos depredadores: a diario se dinamitan los cerros y la nube de polvo mineralizado desciende hacia los valles contaminando cultivos y arroyos. Además se utilizan productos tóxicos como el cianuro para separar el oro de la piedra, que luego se vierten a los cursos de agua contaminándolos.
“En los últimos días las poblaciones de Famatina y Chilecito se movilizan en defensa del agua ante la amenaza de una nueva explotación minera. El gobernador riojano kirchnerista Beder Herrera manifestó su decidido apoyo al proyecto de la transnacional canadiense Osisko Mining Corporation. Bajo el lema “el Famatina no se toca” están los productores rurales, trabajadores, comerciantes, profesores, estudiantes, amas de casa, el párroco y el intendente. Unidos en defensa del agua y los glaciares, los vecinos y ambientalistas impusieron con sus luchas una consigna que se hizo nacional: “el agua vale más que el oro”.
“El proyecto Osisko es tan parecido al presentado años atrás por Barrick Gold -abandonado ante la resistencia de las asambleas ciudadanas y las poblaciones – que no sería extraño si perteneciera a los mismos grupos financieros transnacionales. Recordemos que quienes manejan el 76% del paquete accionario de Barrick – yacimientos de Veladero y Pascua Lama- son los dueños de los mayores complejos auríferos de la Argentina: Bajo la Alumbrera y Cerro Negro, de la Gold Corp y Cerro Vanguardia de Anglo Gold Asanthi. Su poder no termina allí: poseen un tercio de las petroleras que operan en Malvinas.
“Ante la lucha vigente, el gobierno nacional no ha dado ningún tipo de declaraciones, lo cual consideramos en consonancia con sus políticas. La Argentina del tercer milenio tiene su desarrollo basado en un modelo extractivo-exportador cuyo resultado es la extranjerización de las riquezas y la explotación industrial de los recursos naturales. En materia de recursos estratégicos, el gobierno kirchnerista no sólo ha seguido las políticas antinacionales de Menem sino que incluso las ha agravado. Baste señalar que, en 2007, el entonces presidente Néstor Kirchner dio el visto bueno para la reprivatización de todos los recursos del subsuelo argentino: Cerro Dragón, como ejemplo paradigmático, se reprivatizó diez años antes del fin de los contratos y hasta su extinción en 2047. Lo mismo ocurre con la minería: el código de los '90 sigue intacto, poniéndose en peligro incluso nuestra soberanía territorial. Ante ello nos preguntamos, ¿se puede ser latinoamericanista, estar asociado a la depredadora Barrick Gold y entregar a las transnacionales el petróleo, el gas y los metales de nuestro pueblo sin control público y a simple declaración jurada?
“El visto bueno al proyecto Pascua- Lama, el veto a la ley de glaciares, la sanción de la ley de tierras, o el modelo sojero contaminante con glifosato, se contradicen con la retórica nacional y popular de este gobierno, dejando al descubierto la continuidad de políticas neoliberales.
“Sin embargo, el pueblo resiste y dice NO a la megamineria. La lucha se extiende a varias localidades de nuestro territorio nacional. Allí donde esté amenazada el agua y los bienes naturales, estaremos promoviendo la mayor unidad en su defensa. Todas las fuerzas políticas y sociales -trabajadores, estudiantes, sindicatos, productores, intelectuales y artistas- debemos asumir el compromiso de construir un gran frente nacional por la defensa del agua y la prohibición de la megaminería.