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23/02/12
A partir de este momento fue esencial para Belgrano el tener una bandera con esos mismos colores, por lo tanto, el 27 de febrero de 1812 la enarbola por primera vez a orillas del río Paraná y la hace jurar por sus soldados, comunicándoselo luego al gobierno: “En este momento que son las seis y media de la tarde se ha hecho salva en la Batería de la Independencia... Siendo preciso enarbolar Bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la Escarapela nacional, espero que sea de la aprobación de V.E.” Pero el gobierno no autorizó su uso. Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del Ejército del Norte (que terminaba de ser derrotado en la batalla de Huaqui). El Triunvirato contesta la carta de Belgrano, ordenándole que disimulara y ocultara la nueva bandera y que, en su lugar, pusiese la que se usaba entonces en la Capital. Pero, cuando la orden salía de Buenos Aires, Manuel Belgrano ya marchaba hacia el norte y, por esta razón, no se enteró del rotundo rechazo del Gobierno a la nueva bandera. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo bendecir la bandera, enarbolándola en los balcones del Ayuntamiento, en vez del estandarte real de costumbre que presidía las festividades públicas. En consecuencia, el gobierno vuelve a decirle que debía guardarla y no desobedecer sus órdenes. Contesta un enojado Belgrano: “La Bandera la he recogido, y la desharé para que no hay ni memoria de ella, y se harán las banderas del Regimiento N° 6, sin necesidad de que aquella se note por persona alguna, pues si acaso me preguntaren por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria por el Ejército, y como éste está lejos, todos la habrán olvidado y se contentarán con lo que se les presente”. Y agrega a continuación: “Puede V.E. hacer de mí lo que quiera, en el firme supuesto de que hallándose mi conciencia tranquila, y no conduciéndome a esa, ni otras demostraciones de mis deseos por la felicidad y glorias de la Patria, otro interés que el de la misma, recibiré con resignación cualesquier padecimiento, pues no será el primero que he tenido por proceder con honradez y entusiasmo patriótico”. Y es así que, en 1814, Belgrano será arrestado y procesado por su desobediencia al enarbolar la bandera, pero finalmente será absuelto en reconocimiento a sus méritos y honores militares. A pesar del proceso en su contra no cambia su forma de pensar y le expresa a José de San Martín en carta fechada el 6 de abril de 1814: “...añadiré únicamente que conserve la Bandera que le dejé, que la enarbole cuando todo el ejército se forme; que no deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra Generala, y no olvide los escapularios a la tropa; deje usted que se rían, los efectos le resarcirán a usted de la risa...” Febrero, mes de nuestros colores Teniendo nuestros ánimos casi todavía en vacaciones y saliendo de la reciente alegría del carnaval, comenzar un ciclo escolar en febrero y un martes luego de un feriado inédito hace imprescindible una reflexión sobre la importancia del mismo. Es por ello que estas líneas pretenden recordar ambos acontecimientos remarcando una vez más la valía que el Gral. Manuel Belgrano tiene para nuestra historia y soberanía nacional. Y al mismo tiempo dar por comenzado un año, que podríamos llamar “belgraniano” en virtud de la diversidad de acontecimientos destacados del prócer a lo largo del año 1812, de los cuales hablaremos en su momento, tales como: el Éxodo Jujeño, la victoria de Tucumán, y la proclamación de la Virgen de la Merced como Generala del Ejército.
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Noticiasmercedinas.com - Actualizado 23.02.12 8:13 AM |
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